Desde el próximo domingo hasta el miércoles, el Comando de Defensa de Israel llevará a cabo un simulacro de guerra, con el objetivo de preparar a su población civil ante posibles ataques aéreos de sus enemigos.
Como parte del entrenamiento, los ciudadanos serán instruidos sobre cómo ingresar rápidamente a zonas de seguridad en hogares y lugares de trabajo, en caso de un ataque con misiles en masa.
En su último estudio, el Comando de Defensa indicó que un 95% de los cohetes enemigos será ligero y de corto alcance, mientras que el 1% de los misiles impactaría directamente contra edificios civiles.
Ante el escenario de posibles enfrentamientos con distintos enemigos, el Comando de Defensa trabajó de forma coordinada con los servicios de emergencia, los ministerios y las autoridades locales.
Uno de los aspectos principales ante un eventual ataque es el mantenimiento de los servicios básicos, consigna The Jerusalem Post.
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Los enemigos de Israel poseen, en conjunto, más de 230 mil misiles; más de la mitad de cuales están en poder el grupo terrorista libanés Hezbollah.
En cualquier conflicto a gran escala, Hezbollah podría lanzar 1.500 cohetes por día y apuntar contra el centro de Israel. La gran mayoría caería en áreas abiertas, de acuerdo con las evaluaciones de las autoridades israelíes.
Uno de los retos más importantes que afronta Israel es la filtración de terroristas de Hezbollah y Hamas a través de las zonas fronterizas.
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