Una vez más la polémica gira en torno a los fondos de la Fundación Donald J. Trump, creada por el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos en los años 80. La Justicia de Nueva York abrió una investigación para determinar si las donaciones hechas a través de esa organización cumplen con la legislación.
La tarea legal está a cargo de Eric Schneiderman, fiscal general del estado, que también lidera el caso de la Trump University, el establecimiento que nunca se registró como una entidad educativa. "Nos preocupa que la Fundación Trump haya incurrido en alguna práctica irregular", dijo Schneiderman a CNN. El fiscal neoyorquino agregó que el objetivo es "asegurarse de que (la fundación) está cumpliendo con las leyes que rigen las organizaciones benéficas en Nueva York".
Según la oficina del fiscal, la investigación se inició luego de "conocer las alarmantes transacciones que salieron a la luz recientemente", en referencia a la investigación realizada por The Washington Post. El diario estadounidense reveló que muchas de las donaciones de Trump a la caridad no habían provenido de su propio bolsillo.
El periodista David Farenthold rastreó las supuestas donaciones a través de los documentos de la fundación. Encontró que, en las más de 250 organizaciones de caridad a las que el magnate asegura haber ayudado con dinero, las respuestas son esquivas y negativas. Entre ellas, la iglesia donde el magnate se casó con su última esposa, Melania, que prefiere "no hacer comentarios".
The Washington Post sólo pudo detectar un total de nueve millones de dólares en donaciones personales de parte del republicano, todas previas al año 2008; entre ellas, una de 5,3 millones de dólares entregados a su propia fundación.
La investigación periodística también reveló que Trump utilizó dinero de la fundación para gastos personales y con objetivos políticos.
Farenthold describió en su informe que la organización está "orquestada para operar casi totalmente con el dinero de otros donantes".
Según consigna, Trump contacta con empresarios y donantes privados para recaudar fondos que promete destinar a la caridad. Ese dinero es ingresado en las cuentas de la fundación y el magnate entrega los cheques con su nombre a distintas organizaciones benéficas, pero el dinero, en realidad, no es suyo.
El multimillonario asegura haber ayudado a distintas entidades de caridad, de salud, religiosas y filantrópicas, aunque por la negativa a presentar sus declaraciones de impuestos, la Justicia deberá determinar cómo operan los negocios del republicano y si el rechazo a dar información podría estar relacionado con algún tipo de actividad financiera ilegal.
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