Cuando David Lynde se despertó el 21 de agosto, no sospechaba que a los 53 estaba a punto de vivir el día más emotivo de su vida. Hacía mucho calor en Port Richey, Florida, y creyó que sería una fecha más. No pensaba que su hijastra estaba por hacerle el regalo que no le había hecho en su cumpleaños del 31 de julio pasado. Pero se equivocó: estaba a punto de ser "padre" nuevamente.
Cuando Gabriella Guardado se acercó a él con una bolsa, supuso que en ella habría algún regalo ocasional. Fue por eso que no entendió cuando vio un bolígrafo en su interior. Luego papeles. "¿Qué demonios es esto?", pensó. Hasta que algo en su corazón se lo dictó: "¿Estoy adoptándote?", fue la pregunta que brotó de su boca al darse cuenta de qué se trataba el regalo.
David es el padrastro de Gabriella, quien vive con él desde los 10, cuando su madre, Lori Ann, se casó con el hombre de Florida. Hoy, la joven tiene 22 años y en su cumpleaños quería demostrarle lo agradecida que estaba por todo el tiempo que él le dedicó como si fuera su hija. Fue por eso que consiguió los papeles para la adopción legal.
Este viernes, finalmente, Gabriella llevará el apellido Lynde, después de soñarlo durante años. David también lo había soñado, pero nunca se lo había pedido: "Gabby, no tienes idea de lo que esto significa para mí", le confesó el fornido hombre, quien estalló en lágrimas cuando supo de qué se trataba el regalo elegido por su hija.
"Yo quiero, pero no tienes que hacerlo, puedes decir que no, pero yo quiero que me adoptes", le dice Gabriella, en una escena que pretendió eternizar y por eso grabó y compartió en su perfil de Facebook.
La relación de Ann con el padre biológico de Gabriella fue tortuosa. Se separaron en 2001, luego de un vínculo lleno de situaciones de abuso. Desde entonces, el ex marido de Lori no ha tenido contacto con Gabby ni con sus otros dos hijos.
Los deseos de Gabriella no eran recientes. Según confesó en la publicación de Facebook, quería que David la adoptara desde que tenía 12 años. Pero su padre siempre se opuso a esa posibilidad. Ella ahora tiene un padre flamante, según lo planificó desde hace un década. Él no sabía que el mejor regalo de cumpleaños le llegaría a los 53 y de la manera más inesperada.