Mayra Herrera tiene 33 años y vive en Miami Beach, su vida es similar a la de muchos inmigrantes hispanos que llegaron al sur de la Florida en busca de mejores oportunidades. Una profesional de la contabilidad, esta colombiana de origen probablemente nunca imaginó que sería protagonista de un artículo periodístico.
Mayra cuenta con un embarazo de 35 semanas y vive en una zona que recientemente ha sido catalogada por el CDC, el centro para el control de enfermedades norteamericano, como un area a evitar para mujeres embarazadas debido a la aparición de los primeros casos autóctonos del virus del zika dentro de los Estados Unidos, precisamente en el sur de la Florida.
"Desde el primer momento que me confirmaron que estaba embarazada comencé a informarme sobre el zika, aún antes de que llegara a Florida. Ya tenía planes de ir a Colombia a visitar a mi familia, uno de los países más afectados junto con Brasil, por lo que decidí cancelar mis planes de ir de vacaciones allá".
Transitando las últimas semanas de su embarazo, Mayra no se ha preocupado tanto por la llegada del zika a Miami Beach, donde vive cerca del paseo comercial peatonal Lincoln Road, pero asegura siempre llevar consigo un repelente de insectos.
Dentro de su círculo de amigas el tema del zika es definitivamente uno central. "Si yo estuviera al principio de mi embarazo estaría mucho más preocupada. Tenemos una amiga recién embarazada que vivía en la playa y decidió mudarse para Coral Gables (barrio residencial ubicado al oeste de Miami Beach) y otra amiga, que venía de California, decidió regresarse".
El brote de zika en el estado catalogado como el destino turístico número uno a nivel mundial, con una industria que representa más de USD 67 mil millones anuales y emplea a 1.2 millones de personas, se ha convertido en la plataforma ideal para que las latentes diferencias entre el gobernador republicano de la Florida Rick Scott y el alcalde demócrata de Miami Beach Philip Levine salgan a flote.
Levine, el carismático empresario a cargo de la ciudad turística visitada por millones de personas al año, acusó a Scott de utilizar al zika como una herramienta política manteniendo un manto de oscuridad sobre el número de nuevos casos de infectados.
"Es importante que yo como gerente de la ciudad y nuestros colegas de todo el condado tengan acceso a información de manera rápida y certera" declaró Levine. Gimenez, alcalde de la ciudad de Miami, se sumó al descontento alegando que "han habido ocasiones en las que la comunicación se ha interrumpido". Y agregó: "Debemos asegurarnos de que esto no pase de nuevo".
Un reciente caso identificado en el area de la bahía de Tampa, al norte del estado, levantó la alarma, mientras que al momento de cerrar esta publicación los casos reportados en el condado de Miami-Dade se elevan a 42.
Entre las medidas tomadas para combatir al zika se han realizado fumigaciones aéreas en la zona de Wynwood y con bomba de mochila en Miami Beach, donde debido a las altas mareas y vientos fuertes no se puede realizar desde el aire.
Una de las zonas más "calientes" de transmisión en la actualidad se ubica en Miami Beach entre las calles 8 y 28 delimitado por la bahía de Biscayne al oeste y el océano atlántico al este, el corazón de la zona más turística de Miami Beach.
En Wynwood fueron varios los dueños de negocios que mostraron su descontento por el impacto económico que ha tenido el aviso de la CDC de evitar visitar el area, donde se estima que la actividad económica ha bajado hasta en un 60%.
Quedará por verse cual será el impacto a corto plazo de la primera ciudad de los Estados Unidos en sufrir el golpe del zika, hoy bajo la lupa de todo un país que mira expectante de qué maneras se enfrenta a la crisis sanitaria.