Hija – Martha Elizabeth Moxley. 1960-1975. Esa sencilla inscripción figura en la lápida de quien sufriera uno de los asesinatos que más conmovieron a la opinión pública de los EEUU. Ese crimen cubriría, además, con innumerables sombras a una de las familias más tradicionales de los Estados Unidos: el clan Kennedy.
El cuerpo sin vida de Martha Moxley fue descubierto el 31 de octubre de 1975 bajo un árbol en el jardín de la propiedad familiar, un día después de que fuera golpeada y apuñalada. Su padre, John David Moxley, se preocupó esa mañana al ver que la habitación de su hija estaba vacía. A las pocas horas, la policía localizó el cadáver. Completamente desnuda, a su lado se halló un palo de golf con el cual había sido golpeada y apuñalada. Pese a lo que se creyó en un principio, no tenía señales de haber sido atacada sexualmente, según la autopsia.
En la noche del 30 de octubre, Moxley había salido con sus amigas del exclusivo colegio de Greenwich High School para celebrar Halloween. Nunca regresaría, y unos vecinos de su misma edad y con problemas de alcoholismo serían los principales sospechosos por su crimen. El palo de golf hallado al costado del cuerpo de Martha sería clave al momento de la tardía condena.
Michael y Thomas Skakel también tenían 15 años en ese entonces, vivían prácticamente en soledad y eran sobrinos del matrimonio de Robert F. Kennedy con Ethel Skakel. Los adolescentes habían perdido a su madre a muy temprana edad y su padre pasaba gran parte de su tiempo de viaje por negocios. A su cargo quedaba siempre una mujer que tenía como mandato la educación e instrucción de los jovencitos.
Según testigos, la noche de la muerte, Thomas fue visto con Martha en el jardín de su vivienda, donde transcurría la fiesta. Se convirtió en el primer sospechoso, junto a Kenneth Littleton, la tutora que había comenzado a trabajar en la propiedad de los Skakel. Sin embargo, el tiempo pasó y no pudieron encontrar pruebas suficientes contra ellos para encerrarlos o procesarlos. Los vínculos de su padre lograron lo que muchas familias muy poderosas saben hacer: proteger a los suyos incluso de los delitos más horrendos.
Pero al tiempo, todo cambió para los Skakel. Incluso quiénes serían los sospechosos. Quien quedó bajo la lupa de los investigadores fue Michael, que no sólo ofreció coartadas diferentes ante la policía cuando fue interrogado, sino que además habría confesado, durante su estadía en una clínica de recuperación de adictos, que había matado a Moxley con un palo de golf.
El caso se reabrió, pero debieron pasar muchos años hasta que se dictara una sentencia en 2002. Más de 27 años después, finalmente se condenó a Michael por el crimen de Martha. Una grabación fue clave para incriminarlo. En ella decía que la noche del asesinato quería "robarle" un beso a la rubia vecina, quien mantenía una simpatía por su hermano Thomas. Incluso, confesó que en una ocasión trepó a un árbol y espió a la víctima para masturbarse.
Pero 11 años después de haber sido condenado, la Justicia volvió a liberarlo. Fue porque las pruebas en su contra y la actuación de su abogado, Mickey Sherman, no fueron las mejores. Bajo una fianza de 1.200.000 dólares, quedó a la espera de un nuevo juicio o de la confirmación de la condena por parte de la Corte Suprema de Connecticut.
Hoy, Michael Skakel cuenta con un defensor que busca proteger al clan de toda sospecha: Robert Kennedy Jr., hijo del senador y de Ethel Skakel, este miembro de la tradicional familia estadounidense se empeña en defender a su primo de cualquier acusación. "Hubo muchos sospechosos sobre los que había evidencias más fuertes que las que hubo sobre Michael", sostuvo en una entrevista con la revista People.
El hijo del senador prepara y auspicia a su primo ante la posibilidad de enfrentar nuevamente a un jurado. Por tal motivo publicó su nuevo libro, Framed (Incriminado), en el que promete explicar "por qué pasó más de una década en prisión por un crimen que no cometió".
En su publicación, Kennedy señala la responsabilidad de dos adolescentes de Nueva York llamados Adolph Hasbrouck y Burr Tinsley, quienes admitieron estar cerca de la escena del crimen esa Noche de Brujas de 1975. Pero nunca declararon ante un tribunal o un investigador. Siempre invocaron la Quinta Enmienda. Con ella evitaron declarar por el crimen de Martha Moxley y esquivaron el accionar de la Justicia. Luego, las sospechas sobre los Skakel serían tan contundentes que nadie repararía en ellos.
Sin embargo, los esfuerzos de Robert Kennedy Jr. por demostrar la inocencia de su primo Michael podrían ser insufientes. El fiscal Jonathan Benedict cree que el fallo que lo condenó en 2002 era el correcto y apeló la iniciativa judicial de liberar al acusado en 2013. "Su condena fue el resultado de un caso acompañado de fuertes evidencias, la más importante salió de la propia boca de Skakel", indicó a la revista estadounidense, que sigue el caso de cerca.
Pero las palabras más graves y sentidas llegaron desde quienes más sufrieron la muerte de Martha. Dorthy, su madre, dijo estar cansada de estas idas y vueltas. Sabe que nunca podrá sacarse de la cabeza el crimen de su hija, quien la acompaña cada hora de su vida. "No es fácil hacer esto una y otra vez. Pero apoyaré a la fiscalía hasta el día que muera", concluyó la mujer.