El atentado contra un local bailable de la comunidad gay cometido en la madrugada del domingo 12 de junio en Orlando por un admirador del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) no es el primer ataque de este grupo terrorista musulmán contra homosexuales, sino que es el eslabón más sangriento en la larga lista de asesinatos.
El ataque a Pulse, la discoteca donde se registraron 50 muertes y otros 53 resultaron heridos, representó el más brutal de las ejecuciones concretadas por ISIS en su sangriento historial asesino. Sin embargo, todos esos crímenes contra la humanidad fueron realizados en Siria y en Irak, donde la milicia radical controla ciudades mediante sus leyes ultraislámicas.
La primera de esas ejecuciones tuvo lugar en la ciudad de Mayadin, en Siria, y fue revelada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) el 25 de noviembre de 2014. En esa oportunidad, la forma en que ISIS asesinó a su víctima fue mediante la lapidación. La excusa dada en ese momento fue que los yihadistas habían hallado en su celular videos del joven de 20 años "practicando actos indecentes con hombres".
Mayadin es una pequeña ciudad situada en la provincia de Deir Ezzor. Para ese mismo mes, también se reportó otro crimen contra un homosexual. En este caso era un joven de 18 años, quien también fue lapidado por ISIS.
Apenas un mes y medio después, en enero de 2015, el Estado Islámico publicó imágenes de otra ejecución contra personas sentenciadas por ser homosexuales. En este caso, los asesinatos fueron en uno de los principales bastiones del grupo terrorista: Mosul, en Irak. El método utilizado en este caso no fue la lapidación, sino que decidió arrojar a los dos condenados desde lo más alto de un edificio ante el festejo popular.
El 1 de febrero, en Raqqa -la capital, de facto, del grupo armado-, en Siria, los yihadistas cometerían otra ejecución. Esta vez contra una persona que con sus ojos vendados fue lanzado desde lo alto de un edificio en construcción.
Los primeros días de julio del año pasado, ISIS mostró un video en el cual repetía la ceremonia. En Faluya, en la provincia de Anbar, se ve cómo los radicales islámicos lanzan desde un edificio a cuatro iraquíes condenados por su condición sexual.
En septiembre de 2015 ISIS incrementó su brutalidad contra los homosexuales y en esa ocasión fue la mayor matanza que había sido registrada hasta el momento. Nueve hombres y un adolescente de 15 años sufrieron la brutalidad del Estado Islámico, según reveló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. El hecho ocurrió en Rastan, en la provincia siria de Homs. Hasta ese momento, las Naciones Unidas (ONU) tenían contabilizadas 30 personas ejecutadas por ser homosexuales.
El 1 de diciembre pasado, en Palmira, se conoció que el Estado Islámico había torturado y asesinado a dos personas sentenciados por sus preferencias sexuales. Fueron, otra vez, arrojadas desde lo más alto del Hotel Wael. Los "acusados" fueron identificados como Hawas Mallah, de 32 años y Mohamed Salameh, de 21.
Uno de los más horrendos crímenes contra homosexuales ocurrió el pasado lunes 4 de enero, cuando los yihadistas violaron y ejecutaron a un menor de 15 años por ser gay. Había sido abusado por Abu Zaid al Jazrawi, uno de los más violentos oficiales del grupo terrorista. Tras el ultraje, fue condenado por su orientación y arrojado desde un edificio en la provincia siria de Deir Ezzor.
Apenas 14 días después se conoció otra ejecución. También se lo arrojó desde una azotea. Ocurrió en la provincia iraquí de Al Furat. El hombre fue sometido al simulacro de un "tribunal islámico" que -como era de esperar- lo encontró "culpable".
El 8 de mayo último, ISIS volvió a emplear la misma técnica para terminar con la vida de un homosexual. Acusado de "sodomia", el joven fue lanzado desde un edificio de cinco pisos en construcción en Alepo, provincia de Manbij. Una multitud esperó el minuto final de la víctima. Entre ellos podían verse mujeres y niños celebrando la ejecución.
Orlando y la discoteca de la comunidad gay elegida por Omar Saddiqui Mateen no fue una casualidad. Fue la décima y más brutal de las ejecuciones contra homosexuales que se tenga registro. El ISIS y sus fieles fanáticos consideran una desviación la homosexualidad. Como tal, debe ser erradicada. Esa era la idea de Mateen cuando ingresó a Pulse con su rifle AR-15, el más vendido en los Estados Unidos.