Rafael Nadal debutó en Roland Garros en 2005. Fue estreno y campeonato. Todo un anuncio de lo que vendría después: su presencia casi imbatible, el récord de títulos ganados para batir en 2011, con su séptima Copa de los Mosqueteros, las seis que había ganado Bjorn Börg. Y los cinco que se sumarían después, el más reciente (porque nadie podría atreverse a decir el último) logrado hoy con su triunfo ante el austríaco Dominic Thiem en la final por 6-4, 6-3 y 6-2.
El debut absoluto de Rafa en París fue el 24 de mayo de 2005, hace 13 años, cuando venció al alemán Lars Burgsmuller por un inapelable 6-1; 7-6(4) y 6-1, con apenas 18 años.
Desde entonces y hasta hoy Nadal ha registrado 86 partidos en Roland Garros con 83 triunfos, apenas dos derrotas y un partido en el que no se presentó por una lesión en la muñeca (en la edición 2016 cuando no salió a jugar la tercera ronda ante Marcelo Granollers). Sus únicas dos caídas fueron ante Robing Soderling en octavos de final de la edición 2009 del torneo por 2-6, 7-6(2), 4-6, 6-7(2) y ante Novak Djokovic en cuartos de final del torneo de 2015 por 5-7, 3-6 y 1-6.
En lo que a sets respecta, la marca también impresiona: de los 277 que disputó sólo perdió 25 (ganó 252) y en dos ediciones (2008 y 2010) no perdió ningún parcial para levantar la copa perfecta.
Este año la marca también pudo haber sido impoluta de no ser por la aparición del argentino Diego Schwartzman, quien en cuartos de final le ganó el primer set del partido que los enfrentó para cortarle al N°1 del mundo una racha de 37 sets ganados de manera consecutiva en París. Nadal sigue siendo el rey del polvo de ladrillo. Su dominio es impactante y su marca ya es mitológica.
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