A último momento y antes de que las luces del cuadrilátero se encendieran, Floyd Mayweather intentó una jugada más. Una apuesta final. A favor suyo, por supuesto. Era tal la confianza que se tenía en derrotar a Conor McGregor que hacia las 3:30 p. m. del sábado bajó hasta una de las oficinas más exclusivas del M Resort de Las Vegas para depositar 400 mil dólares. En efectivo.
Ninguna ley prohíbe a los boxeadores apostar en su favor. Pero, en cambio, lo que pretendía hacer Mayweather no fue permitido por los organizadores y ese habría sido uno de los motivos del retraso de la velada. Es que el hombre de 40 años y conocido como Money (Dinero) no solamente quería apostar por sí, sino que pretendía romper todas las predicciones al establecer que acabaría con su oponente irlandés en el décimo round… por knock out técnico. Pero esa movida representaba demasiada especulación y atentaba contra cualquier norma de ética, le respondieron.
El humor de Mayweather cambió. No pudo realizar esa apuesta que pagaba -200 en probabilidades y se enojó. La organización solo permite a un boxeador apostar por sí siempre y cuando solo establezca que ganará, no cómo ni en qué momento de la contienda, según consignó The Washington Post. Hubiera conseguido una verdadera fortuna que habría engrosado aún más sus anchos bolsillos. Pero pese a la negativa inicial, insistió.
Money no se quedó quieto. Al parecer, más preocupado por ganar dinero que por la estrategia que seguiría con McGregor, Mayweather pidió que le facilitaran apostar por otra opción: triunfaría por knock out. Tampoco pudo. El campeón retirado de 40 años con un invicto de 49-0 enfureció, pero nada pudo hacer contra las reglas. Y regresó a su suite.
Aunque no todo el entorno del norteamericano se quedó de brazos cruzados. A uno de sus allegados se le permitió realizar un depósito en efectivo de 87 mil dólares por "predecir" cómo terminaría la pelea. Embolsó una fortuna. ¿Habrá agradecido al campeón?
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