"Cuando ideamos el proyecto tenía mis ilusiones, por supuesto. Pero, la verdad, nunca hubiese imaginado estos resultados en apenas el tercer año". Nicolás Muszkat, mentor del Weber Shimano Ladies Power, único equipo latinoamericano que compite en el máximo nivel del ciclismo mundial, está tan emocionado como sorprendido cuando repasa los logros en el primer semestre del 2017. Él reconoce que ganar siempre ha sido un objetivo, porque motiva y atrae sponsors, pero su enfoque ha estado en darles oportunidades a las mujeres y en convertirse en un medio para el desarrollo de las mejores ciclistas del continente, una especie de trampolín (que antes no existía) para que luego las mejores pueden dar un salto a los equipos europeos o estadounidenses.
El tema es que lo viene logrando de manera muy veloz. El equipo fue dando saltos de calidad en cada una de estas tres temporadas y en la actual se consolidó con resultados impactantes a nivel internacional, gracias a sus 16 triunfos (incluye etapas y generales) en la gira por Estados Unidos que constó de 18 competencias. Victorias que abrieron los ojos del mundo, sobre todo enfocados en Marlies Mejías, la cubana que fichó este año con el team y se convirtió en la estrella de esta primera parte del 2017.
"Cuando se decidió hacer la gira por Estados Unidos fue para ver dónde estábamos parados y, la verdad, ha sido increíble. Las carreras que no se ganaron subimos al podio, con muchos triunfos en etapas. Nos da muy buenas perspectivas y no sólo marca que estamos en el buen camino, sino que estábamos en lo cierto cuando decidimos formar un equipo latinoamericano para competir contra los mejores del mundo", explica un orgulloso Muszkat. Las mismas sensaciones tiene Verónica Martínez, la manager argentina que tiene el Weber Shimano Ladies Power. Ella está en todos los detalles: fue la responsable de organizar la gira por el país del norte (aprovechando que vive en el estado de Pennsylvania), se ocupó de la logística y, obviamente, decidió el armado del equipo (debió elegir seis de las 13 ciclistas que integran el equipo). "Teníamos la ansiedad de ver cómo se iban a adaptar las chicas nuevas (Marlies y la colombiana Camila Valbuena) al equipo y cómo íbamos a rendir en el más alto nivel. Por suerte, salió todo muy bien y Marlies nos dio el salto de calidad que esperábamos", analiza la coach.
Hubo un gran mérito de la gerencia y puntualmente de Verónica para lograr la salida (legal) de Marlies de Cuba. Un fichaje que llevó un año de negociaciones para que el gobierno y el Instituto del Deporte de la isla la autorizaran, tras muchas idas y vueltas. Equipos de Europa la habían deseado contratar, pero ninguno había querido enfrentar el trámite burocrático requerido. Martínez lo hizo y logró lo que nadie creía…
Hoy el esfuerzo paga con resultados. Marlies, una de las joyas del ciclismo cubano, fue la dueña de las 16 victorias en suelo estadounidenses y responsable de otros nueve podios. "Yo me tenía confianza para poder aportar mi experiencia y buenos resultados al equipo, pese a que sabía que me iba a encontrar con un nivel en el que no había competido. Por suerte estoy devolviendo la confianza que me tuvieron", cuenta quien ya se había destacado con la selección cubana en los Juegos Panamericanos, Mundiales y Juegos Olímpicos (fue 7° en Río 2016 en la prueba Omnium).
Ahora, con 24 años, se convirtió en la atracción y generó las miradas de equipos más poderosos. "Es cierto que varios equipos me han hecho ofertas para cambiarme, pero hoy soy corredora del Weber Shimano Ladies Power y sólo en el futuro veremos qué sucede… yo estoy muy contenta con el equipo y desde que llegué me hicieron sentir muy bien, algo muy importante para alguien que está lejos de su familia. El Ladies Power es como dice nuestro hashtag en redes sociales: #MásQueUnEquipo", cuenta la cubana.
Muszkat asegura que el equipo, que está formado por siete argentinas y cinco de otros países (tres colombianas, una chilena y la cubana), también tuvo a dos ciclistas compitiendo y entrenando en España (Micaela Barroso y Mariela Delgado) y a otra (Fernanda Yapura) becada en el centro de entrenamiento que la UCI (Unión Ciclista Internacional) en Suiza. "Micaela y Fernanda son apuestas fuertes que tienen presente pero se están desarrollando hacia el futuro, mientras que Mariela es nuestra apuesta en el más alto nivel del ciclismo adaptado", comenta Nicolás, que ahora tiene un gran desafío por delante. "Por suerte, el segundo semestre arrancó tan bien como terminó el primero, pero ahora siento más presión para poder mantener el nivel, los resultados y la estructura que creamos. No es fácil, por los costos y la dificultad de sumar sponsors, pero la seguiremos peleando. La apuesta al desarrollo y al ciclismo femenino tiene que estar por encima de todo", explica Muszkat, quien no descansa para que el proyecto que ayudó a crecer siga pedaleando fuerte en el mundo.
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