El Barcelona recibirá este lunes al Chapecoense para disputar el trofeo Joan Gamper. Un partido que servirá para homenajear a las víctimas de aquel trágico accidente aéreo en donde murieron 71 personas. Alan Ruschel, uno de los tres futbolistas sobrevivientes (Jackson Follman y Helio Neto son los otros dos), será el protagonista del evento porque disputará unos minutos del encuentro.
A ocho meses de aquel inolvidable 28 de noviembre, en el que el avión con destino a Medellín se estrelló por falta de combustible, el defensor brasileño habló de todo.
"Lo más difícil de superar fue saber que no iba a volver a ver a mis compañeros nunca más", comenzó relatando el joven jugador de 27 años después de ser consultado por el diario español Marca."Puse toda mi fuerza en Dios y en la familia para poder superar todos esos traumas que tenía desde el accidente", afirmó.
Puse toda mi fuerza en Dios y en la familia para poder superar todos esos traumas que tenía desde el accidente
El oriundo de Taquara, quien reconoció que ya no cuenta con un tratamiento psicológico, aseguró que ya está 100% apto para volver a competir profesionalmente: "Mi físico ya está igual que el resto de mis compañeros a pesar de que aún no juego a la par de ellos. Clínicamente estoy totalmente apto para desarrollar tareas deportivas".
Ruschel confirmó que ya no sueña con lo sucedido aquella madrugada, pero que, sin embargo, trata de no pensar demasiado en ello, "porque son sentimientos que nunca se irán de mi vida. Son compañeros, amigos, a los cuales nunca más veré, y eso es muy triste. Pero tengo una cosa muy clara: he vuelto a vivir, he vuelto a jugar… ¿qué más puedo pedir en estos momentos?".
He vuelto a vivir, he vuelto a jugar… ¿qué más puedo pedir en estos momentos?
A su vez, recordó que los momentos más duros de su vida los vivió cuando tuvo que regresar a Chapecó: "Tomé conciencia de que aquellas personas con las que estaba a diario ya no estaban. Fue durísimo para mí. Un sentimiento doloroso que fui superando gracias a mi familia, novia y Dios".
De todos modos, Alan Ruschel, como sus otros dos compañeros sobrevivientes, decidió seguir adelante cueste lo que cueste, y hoy el defensor manifiesta: "Soy una de las personas más felices del mundo porque estoy viviendo algo impensable. Me considero un afortunado de poder estar en España, enfrentar al Barcelona, jugar en un estadio en el que nunca imaginé estar en su césped. Son tantas cosas buenas que estoy viviendo ahora que no me lo creo", le reveló al periódico español.
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