Preocupante: analizaron a más de 100 jugadores de la NFL y solamente uno no sufrió traumas cerebrales

Un estudio con 202 jugadores de diferentes categorías arrojó que el 99% de los profesionales tuvo síntomas de encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés)

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De 111 ex jugadores de la liga de fútbol americano de Estados Unidos (NFL), solamente uno evitó traumas cerebrales
De 111 ex jugadores de la liga de fútbol americano de Estados Unidos (NFL), solamente uno evitó traumas cerebrales

Un estudio realizado en Boston con más de 202 ex jugadores de fútbol americano, desde profesionales que militaron en la National Football League (NFL), hasta jugadores universitarios y de escuela secundaria, arrojó cifras preocupantes en el porcentaje de afectados por enfermedades cerebrales.

Encontraron síntomas de encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) en 177 de los ex jugadores examinados, es decir en el 87,6% de los cerebros del estudio publicado el martes en el Journal of the American Medical Association.

En el informe, que representa la actualización más grande en enfermedades asociadas con los reiterados golpes en la cabeza, el desglose de afectados fue el siguiente: 110 de 111 ex jugadores de NFL; 48 de 53 jugadores universitarios; 9 de los 14 jugadores semiprofesionales; 7 de los 8 jugadores de la liga de fútbol canadiense y 3 de los 14 jugadores de la escuela secundaria.

Se hallaron las enfermedades más graves en los ex jugadores profesionales y las más leves en los tres ex jugadores de la escuela secundaria. La edad media de muerte entre todos los participantes estudiados fue de 66 años. Hubo 18 suicidios entre los 177 diagnosticados.

Los reiterados golpes en los jugadores de fútbol americano dejan secuelas en sus cerebros
Los reiterados golpes en los jugadores de fútbol americano dejan secuelas en sus cerebros

Muchos donantes o sus familias contribuyeron debido a las concusiones repetidas de los jugadores y síntomas preocupantes antes de la muerte.

"Hay muchas preguntas que quedan sin respuesta: ¿Qué tan común es esto en la población en general y en todos los futbolistas? ¿Cuántos años de fútbol es demasiado? ¿Cuál es el riesgo genético?. Algunos jugadores no tienen pruebas de esta enfermedad a pesar de largos años de juego", dijo la autora principal de la investigación, Ann McKee, neurocientífica de la Universidad de Boston.

Además, según Ann McKee, es incierto si algunos hábitos de vida de los jugadores -alcohol, drogas, esteroides, dieta- pueden influir en los resultados. De todas formas, afirmó que la investigación del banco de cerebros puede conducir a respuestas y una comprensión de cómo detectar la enfermedad "mientras que todavía hay una posibilidad de hacer algo al respecto". Aún no hay tratamiento conocido.

Hasta el momento, la evidencia científica más fuerte dice que el CTE sólo puede ser diagnosticado mediante el examen de los cerebros después de la muerte, aunque algunos investigadores están experimentando con pruebas realizadas en la vida. Muchos científicos creen que los golpes repetidos a la cabeza aumentan los riesgos de desarrollar traumas cerebrales.

En contrapartida, el Dr. Munro Cullum, neuropsicólogo del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, enfatizó que el informe se basa en una muestra selectiva de hombres que representan necesariamente a todos los jugadores de fútbol. Otros problemas, aparte del CTE, podrían explicar algunos de sus síntomas más comunes antes de la muerte: depresión, impulsividad y cambios de comportamiento.

Qué dijo la NFL sobre el preocupante estudio científico

La NFL dijo que estos informes son importantes para avanzar en la ciencia relacionada con traumatismo craneal y opinó que la liga "continuará trabajando con una amplia gama de expertos para mejorar la salud de los atletas actuales y anteriores".

Después de años de negaciones, la NFL reconoció un vínculo entre los golpes en la cabeza y enfermedades cerebrales y acordó un acuerdo de 1.000 millones para compensar a ex jugadores que habían acusado a la liga de ocultar los riesgos.

Con información de AP

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