Si existe un regalo divino por estos días, es haber sido contemporáneos a Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Roger Federer, Rafaek Nadal, Michael Phelps y Tiger Woods, por nombrar algunos. Es la época de los grandes privilegios deportivos. Ver correr a Usain Bolt es uno de ellos. Su genialidad no se inicia en el disparo de salida ni termina al cruzar la meta. Es uno de los personajes más carismáticos del deporte mundial y se ha transformado en un emblema del atletismo. Sin embargo, en vísperas de su retiro (el 12 de agosto en el Mundial de Atletismo de Londres), todavía no se ha logrado entender completamente cómo logró gestar su velocidad sin precedentes, esa que le permite jugar con el lenguaje corporal durante la competencia, como cuando mira a cámara en plena carrera sin ser alcanzado por sus rivales.
Bolt es el hombre más rápido de la historia. Tiene los récords mundiales de 9.58 segundos en 100 metros y 19.19 segundos en los 200 metros. Es la única persona que ganó los dos eventos en tres ediciones diferentes de los Juegos Olímpicos. Once títulos mundiales y ocho olímpicos. Una máquina.
Es cierto que, a lo largo de su trayectoria, ha conseguido pulir sus falencias y ha trabajado para mejorar sus puntos de apoyo, sus ejes de carrera y sus zonas de equilibrio. Es un apasionado profesional. No obstante, hay cuestiones innatas en su zancada que quiebran la sabiduría convencional sobre los velocistas.
Algo extraño en el andar de Usain Bolt
Un grupo de investigadores de la Southern Methodist University (SMU) de Dallas comenzó hace seis meses un estudio sobre técnicas de movimiento. Prefirieron usar videos carreras de alta velocidad en lugar de recurrir a las cintas de correr del laboratorio. Andrew Udofa, el investigador principal, examinó 20 pasos de Usain Bolt y otros tres velocistas de élite de 100 metros, usando videos de una carrera disputada en Mónaco en 2011. En junio, estos expertos en biomecánica encontraron un detalle inesperado mientras examinaban un video de una carrera de Bolt: su pierna derecha tocaba la pista con un 13% más de fuerza máxima que su pierna izquierda. Al mismo tiempo, con cada zancada, su pierna zurda permanecía en el suelo un 14% más de tiempo que la diestra. Se sorprendieron y decidieron bucear en la profundidad de su técnica.
La creencia popular siempre sostuvo que un paso desigual es perjudicial para la velocidad, porque tiende a ralentizar a los corredores, por lo que el equipo de la SMU quedó desconcertado al ver la cualidades de Bolt. El estudio sobre el efecto de los pasos asimétricos no está completo, pero Peter Weyand, director del laboratorio de la SMU, consideró que su paso desigual realmente se ha convertido en un beneficio para el 'Rayo' jamaiquino.
Los secretos de su extraño arte
El origen de la zancada irregular de Bolt está en su escoliosis. Esa enfermedad le desvió la columna hacia la derecha e hizo que la pierna de ese lado fuera un centímetro y medio más corta que la izquierda, según contó en su autobiografía. Generalmente hay pequeñas diferencias entre la pierna derecha y la izquierda, pero en este caso es un poco más grande de lo normal. A pesar de su asimetría, consiguió optimizar su zancada y sus cifras lo demuestran.
Aunque Usain Bolt mide 1,95 metros, tiene un inicio tan explosivo como los velocistas más pequeños y sólo necesita 41 pasos para cubrir 100 metros, mientras que otros corredores de élite necesitan 43 o 45. O incluso algunos lo hacen en 48 pasos. Ningún velocista es capaz de acelerar durante todo el recorrido de los 100 metros. Ni siquiera Bolt. Pero cuando él alcanza la velocidad máxima, entre los 60 y 70 metros, la mantiene de forma más eficaz que sus colegas, desacelerando menos hacia la línea de meta.
Por otra parte, los velocistas de elite generan su máxima velocidad al impactar en el suelo con una fuerza mayor que otros en relación con su peso, y por un período de tiempo más corto. Esa fuerza, que facilita la propulsión para el siguiente paso, puede igualar cinco veces su peso corporal en la mayoría de los atletas. En el caso de Bolt, ha llegado a superar los 450 kilogramos. Allí se hace notoria la disparidad de sus piernas: en promedio, Bolt impacta en el suelo con 489 kilogramos de fuerza máxima en su pierna derecha y 433 kilogramos en su pierna izquierda. Como adaptación natural, mantiene su pierna izquierda en el suelo por un poco más de tiempo en cada paso (97 milésimas de segundo, en comparación con 85 milésimas de segundo de la pierna derecha). Esto le da un poco más de tiempo para generar fuerza con la pierna izquierda, proporcionando un mayor despegue del suelo, según explicó Weyand en el estudio.
"Nuestra idea de trabajo es que probablemente haya optimizado su velocidad, y esa asimetría refleja eso. En otras palabras, corregir su asimetría no lo aceleraría y podría incluso ralentizarlo. Si corriera simétricamente, podría ser una marcha poco natural para él", explicó Weyand a The New York Times.
La despedida del 'Rayo'
Los hallazgos iniciales del estudio de la SMU fueron presentados el mes pasado en una conferencia internacional sobre biomecánica en Colonia, Alemania. Los investigadores esperan persuadir al velocista jamaiquino para que visite su laboratorio y puedan hacerle pruebas más directas. Mientras tanto, Bolt se prepara para su retiro en el Mundial de Londres que se disputará del 5 al 13 de agosto. Con 31 años, continúa con sus entrenamientos y, sobre todo, con los trabajos terapéuticos en la espalda para mantenerse saludable.
Luego de correr los 100 metros en 9.95 segundos este viernes en Mónaco, a Bolt le queda cada vez menos para el retiro. El hombre más rápido de la historia ya no gana holgadamente, pero lo hace. Siempre celebra. Por primera vez esta temporada bajó de los 10 segundos, pero su fluidez no fue la misma que mostró en sus citas olímpicas más recordadas. La última vez que correrá los 100 metros será el próximo 5 de agosto. Una semana después, disputará su última carrera como profesional. Se cerrará uno de los mejores capítulos de la historia del deporte.
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