El ex jugador Warren Sapp, integrante del Salón de la Fama de la NFL, confesó que padece de pérdida de la memoria y que donará su cerebro cuando muera para que la ciencia pueda estudiar los traumas cerebrales que provocan los golpes en la cabeza del fútbol americano.
Sapp, de 44 años, quien ganó el Super Bowl con los Tampa Bay Buccaneers y jugó durante 13 temporadas de forma profesional, le entregará su cerebro a la Concussion Legacy Foundation, según reveló en una conmovedora carta en el sitio The Players Tribune. "Yo quería que este deporte fuera mejor cuando me retiré, que cuando ingresé. Cuando un entrenador me dice que está usando videos míos para enseñar o cuando hablo con chicos jóvenes, siento como que le estoy devolviendo algo al juego que tanto me ha dado a mí. Pero como hemos aprendiendo, el juego también puede quitarte demasiado", declaró.
Al ver a Nick Buoniconti, otra ex leyenda de la NFL, pero de 76 años, que reveló el mes pasado que ha estado sufriendo de los efectos de los golpes que tuvo durante su carrera profesional, Warren Sapp sintió que sus leves problemas mentales podían empeorar y tomó la decisión de donar su cerebro.
"En los últimos años, Nick ha estado sufriendo. Él tiene problemas para hacer cosas tan simples como ponerse una camiseta. Ni siquiera puede recordar cómo atar una corbata. Su cerebro y su cuerpo están empezando a fallarle. Yo también he comenzado a sentir los efectos de los golpes. Y sí, me da miedo pensar que mi cerebro podría estar deteriorándose, y que tal vez cosas como olvidar una lista de compras, o cómo llegar a la casa de un amigo a la que he ido mil veces, sólo sean la punta del iceberg", confesó Sapp, quien utiliza las notas en su teléfono celular cada vez con más frecuencia.
En un video, Sapp contó sus dificultades para recordar cosas y la necesidad de cambiar el juego: "Nunca olvidaba nada. Ahora me despierto y digo, '¿qué estoy haciendo?'. Con los recordatorios en los teléfonos me he ayudado realmente a vivir mi día con citas y distintas cosas que tengo que hacer. Y es por los golpes que recibimos como jugadores de fútbol americano. Solíamos golpearnos con la cabeza, acostumbrábamos a tomarnos de las máscaras. Permitíamos los golpes en la cabeza. Todo eso es algo que tenemos que eliminar."
Por ello, decidió que va a colaborar con la investigación de una enfermedad que afecta a muchos ex jugadores de la NFL, a quienes en su mayoría les han sido diagnosticado encefalopatía traumática crónica (CET, por sus siglas en inglés), enfermedad derivada de los impactos en la cabeza. Los síntomas son dificultades cognitivas, trastornos de humor, dolores de cabeza, comportamientos agresivos, y hasta pensamientos suicidas. De hecho, el ex jugador David Duerson se suicidó en 2011 con un disparo en el pecho y dejó una nota en la que pedía entregar su cerebro al banco de investigación de la NFL (Concussion legacy foundation).
"Cuando se trata de la conmoción cerebral, CTE y cómo podemos hacer nuestro juego más seguro para las generaciones futuras, quería poner mi granito de arena para ayudar a dejar el juego mejor de lo que era cuando empecé a jugar. No se puede permanecer al margen si se desea afectar algo. Tienes que hacer un movimiento. Tienes que hacer algo. Así que eso es lo que voy a hacer", cerró la leyenda de la NFL.
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