Este lunes el presidente Corea del Sur, Moon Jae-in, se reunió con el mandamás de la FIFA, Gianni Infantino, y le manifestó su idea de que la Copa del Mundo 2030 se mude al continente asiático.
El mandatario recordó el éxito que tuvo el Mundial 2002, organizado por la nación que él preside de manera conjunta con Japón, y expresó su deseo de repetir la sede, incluyendo a las naciones vecinas, entre las las que se destaca Corea del Norte.
"Esto debería de ayudar a traer la paz en el Norte y Sur de Corea, así como en el noreste de Asia", sostuvo el portavoz de Moon, Park Su-hyun, una vez finalizada la reunión.
Las relaciones entre las dos naciones es más que compleja. La dictadura de Kim Jong-un ha cerrado sus puertas al mundo exterior y sus continuas pruebas balísticas sumadas a las amenazas a Estados Unidos, hacen difícil suponer que pueda albergar un torneo de estas características.
Infantino, quien viajó a Corea del Sur para presenciar el domingo la final del Mundial Sub 20 en la que Inglaterra venció a Venezuela, se ha mostrado siempre en favor de que la Copa del Mundo se realice en más de una sede. Incluso, Estados Unidos, Canadá y México han presentado conjuntamente su candidatura para albergar el certamen en 2026.
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