El agónico triunfo del Barcelona ante el París Saint Germain fue calificado por la prensa internacional como épico y catalogado como una epopeya y una hazaña. Lo que significa remontar un 0-4 en el marcador, sin duda merece estos adjetivos y estas comparaciones, pero qué queda para lo ocurrido en el fútbol amateur.
Dos equipos conformados por jóvenes que no ganan dinero por disputar un torneo junto a sus amigos, protagonizaron un partido vibrante y aún más emocionante que el de los grandes clubes europeos.
El encuentro comenzó 4 a 0 en favor de los de amarillo y el trámite del partido parecía sentenciado. Sin embargo, los rayados comenzaron a acercarse en el marcador a fuerza de goles hasta llegar al empate.
Cuando el envión anímico encaminaba al equipo hacia la remontada heroica, un gol de arco a arco volvió a poner a los amarillos en ventaja.
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Pero como en el fútbol nada está dicho hasta que el árbitro no pita el final, los rayados no se dieron por vencidos y sobre el final marcaron dos goles que sentenciaron el encuentro en un apasionante 6 a 5.