Este fin de semana la pelota no rodó en México. La huelga de aquellos que deben impartir justicia durante los partidos hizo efecto y los aficionados tuvieron que buscar asilo en sus casas, en lugar de en los estadios.
La medida tiene como objetivo que los árbitros sean respetados dentro del campo de juego por los jugadores. Causa un fuerte dolor de cabeza a los dirigentes del fútbol mexicano, quienes con calculadora en mano comienzan a hacer cuentas.
Entre los ingresos perdidos por publicidad y venta de entradas, además de los gastos de los aficionados, la pérdida alcanza los 50 millones de pesos mexicanos (USD 255 mil).
"Es una lista enorme de cosas que se dejan de gastar, que no se pueden recuperar. No sólo es por espectadores, también es lo que se deja de anunciar en la televisión, medios digitales, en la prensa, lo que dejan de consumir los espectadores en los estadios, lo que se deja de consumir alrededor de los estadios, son una serie de factores que suman este dinero", explicó Javier Salinas, ex directivo de la Liga MX al diario AS.
La pérdida alcanza los 50 millones de pesos mexicanos (USD 255 mil)
Si bien esto no provoca un agujero en las finanzas de los clubes, la posibilidad de que la medida se extienda durante toda esta semana y afecta a la Copa MX tiene en alerta a las autoridades de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut).
Más allá de lo económico, el calendario también es una preocupación. La fecha 10, suspendida este fin de semana, deberá recuperarse entre semana, pero la fecha FIFA entre el 23 y el 28 de marzo y las jornadas por certámenes internacionales hacen imposible que los equipos coincidan en alguna fecha. Por ese motivo, los dirigentes ya estudian la posibilidad de que se recupere en distintos días, en una especie de "jornada doble".
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Lo cierto es que hasta el momento no hay un acercamiento entre los árbitros y la Federación. Los réferis buscan que el organismo sancione de manera ejemplar a aquellos futbolistas que les falten el respeto dentro de los campos de juego.