Con goles de Reinaldo y Luiz Antonio, y momentos de muy buen fútbol, el Chapeconse venció hoy 1-2 a un desdibujado Zulia e inició otro sueño, uno que espera el destino no le cambie por tragedia, como en su pasada incursión internacional.
El equipo verde, que hoy jugó de pulcro blanco, exploró al rival apenas 5 minutos antes de desplegar un fútbol de vértigo y ataque que sorprendió a los "petroleros".
Por nerviosismo o por inferioridad el Zulia se ausentó de la primera mitad, mientras que la visita ofreció espectáculo y gol.
El Chapecoense olió el miedo zuliano y adelantó las líneas. Reinaldo y Joao Pedro iniciaron el juego como laterales, pero jugaron el primer tiempo como volantes.
Fue precisamente un lateral, Reinaldo, el encargado de inaugurar el marcador. Lo hizo con un soberbio remate de tiro libre, en el minuto 33, que combinó potencia y rosca.
Tras el gol los de Santa Catarina se replegaron, pero el Zulia siguió desconectado en la zona media y no pudo alimentar a su único delantero, el argentino Sergio Unrein.
Los volantes Jefferson Savarino, Yohandry Orozco y Juan Arango -este último considerado el mejor futbolista venezolano de todos los tiempos- despertaron mucha expectación antes del juego, pero el aporte ofensivo del trío fue bajo, sobretodo en los primeros 45 minutos.
La impotencia del Zulia fue tal que no logró tirar al arco en la primera parte.
En el complemento el local mostró una imagen diferente, especialmente con las internadas de Yohandry Orozco por la izquierda.
Fue así como Zulia consiguió su primer remate al arco, al minuto 50, cuando Orozco se recostó por la derecha, regateó a dos defensores y disparó con fuerza, aunque por encima del travesaño.
Pero cuando mejor jugaba el Zulia, Luiz Antonio tomó un rebote al borde del área y amplió, al '68, la ventaja de los brasileños.
El segundo gol, lejos de ser un mazazo, despertó el orgullo del Zulia, que buscó, con más ganas que ideas, descontar.
Tuvo una oportunidad al 70, tras un pase largo que Arango y luego con otro tiro lejano de Orozco.
El descuento finalmente llegó cuando Arango golpeó de cabeza una bola lanzada desde un tiro de esquina.
Con el gol, Arango consiguió un premio que quizás no mereció, al evaluar su decepcionante actuación de hoy.
El tanto ilusionó al Zulia con el empate, pero el Chapecoense conjuró las arremetidas que pudo conseguir el local.
Sobre el final el ingreso del veloz Apodi pudo regalarle otro gol al cuadro brasileño, pero el mal tino y dos oportunas intervenciones del guardameta Renny Vega lo evitaron.
Información de EFE.
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