La nepalí Asha Roka estuvo a punto de matar a su rival Hannah Kampf en medio de la semifinal de la Super Fight League 2017 de la India por culpa del árbitro del combate.
La estadounidense de 26 años apenas podía mover el brazo por un acto reflejo del cerebro, ya que su cuerpo se encontraba parcialmente inmovilizado.
La pelea duró tan solo 42 segundos hasta que el representante de la esquina de la peleadora decidió meterse en la jaula para detener el combate por su cuenta.
La nepalí de 18 años atrapó a su rival con una estrangulación de guillotina y la introdujo en una sumisión al instante. Sin embargo, el árbitro optó por esperar y ver si Kampf podía liberarse.
La luchadora intentó avisar que ya se había rendido tocando tres veces el suelo con su pierna izquierda, pero el referí pareció no enterarse, algo que sí notaron los comentaristas quienes gritaban desesperadamente "She's out!" (Está fuera).
Habían pasado 30 segundos sin que la estadounidense pudiera defenderse, cuando el "cornerman" optó por tirar la toalla y entrar en la jaula para detener el combate bajo la atenta mirada del árbitro.
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El juez de una lucha de MMA debe saber separar a tiempo a los peleadores cuando estén recibiendo un castigo innecesario. En el momento de una sumisión tiene que poder visualizar una posible fractura, así como también identificar cuando un peleador queda adormecido por una estrangulación.
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