Nigel Owens es considerado uno de los mejores árbitros de rugby de la actualidad y, por eso, fue el encargado de impartir justicia en la final del Mundial de 2015. Sin embargo, para tener este nivel, el galés tuvo que superar la etapa más difícil de su vida.
En una entrevista con BBC Radio, el hombre de 45 años contó que tuvo serias dificultades para aceptar su homosexualidad, la cual admitió públicamente en 2007.
"Es un gran tabú ser gay en mi profesión, tenía que pensar mucho en ello porque no quería poner en peligro mi carrera", contó Owens, quien aseguró que en aquel momento "hubiese hecho cualquier cosa para ser 'normal' a los ojos de la gente".
Pero el árbitro que fue nombrado miembro de la Orden del Imperio Británico en 2016 realmente llegó a estar desesperado y buscó una forma de evitar ser homosexual: "No quiero ser gay, ¿me pueden realizar la castración química?", le preguntó a su médico.
Incluso el suicidio llegó a ser una opción para terminar con su padecimiento: "Lloré esa noche y me di cuenta: tengo que crecer".
Hoy en día, Owens aprendió de lo vivido y envió un consejo a quienes están atravesando una situación similar: "Salvo que seas feliz con quien eres, no serás lo mejor que puedes llegar a ser en lo que haces. No puedes disfrutar de la vida si no eres feliz contigo mismo".
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