Sin propietario desde el final de los Juegos Olímpicos, el estadio más grande de Brasil se encuentra deteriorado. El Gobierno y la empresa que había ganado la concesión del predio culpan al presidente del Comité de Río 2016.
El último evento que albergó el lugar fue el "benéfico" Partido de las Estrellas, organizado por Neymar, Zico y otros grandes personajes. En ese partido se visualizaron algunos problemas.
Perros callejeros que invaden un campo dañado, salas privadas saqueadas, sillas y mesas almacenadas en distintas habitaciones y materiales de los Juegos Olímpicos retratan un panorama de abandono en el estadio brasileño.
Del lado de afuera del centro deportivo, testigos informaron a los medios locales sobre robos durante la noche y letreros destruidos. El pasto crecido también acompaña la triste escena.
Los días pasan y el gobierno estatal y el Maracana S.A argumentan que no tienen ningún compromiso de mantener el estadio. Gran parte del mobiliario está arruinado y sin condiciones de ser usados por los clientes.
La empresa que ganó el concurso por la concesión del estadio informó que el Comité de Río 2016 le entregó un escenario con reparaciones por ajustar. El Gobierno reconoció la problemática pero reafirmó que el mantenimiento no es su responsabilidad.
Por otra parte, la compañía que controla el predio acusó al Comité de Río 2016 de haber utilizado más fuegos artificiales de los permitidos. 81 toneladas aprobadas, contra 189 usadas por la organización, darán lugar a una indemnización por supuestos daños en los techos del recinto.