El socio número 8.856 del Atlético de Madrid, José Antonio Campón, presentó una demanda contra la UEFA y el árbitro, Mark Clattenburg, por el gol del Sergio Ramos en posición adelantada, en la final de la Champions League del 28 de mayo del 2016.
El fanático reclamó por daños y perjuicios tras entender que ese gol, que no fue anulado, "alteró la competición, beneficiando a uno de los dos equipos".
"Si vas al cine y no hay sonido, te devuelven el dinero. Esto es lo mismo. Hay una normativa y se ha incumplido. Dirigimos la reclamación al empleador (UEFA) y su empleado (el árbitro) como responsables", aseguró Carlos Méndez, su abogado.
Méndez pone el ticket de entrada a nivel de un contrato, al cual el espectador se adhiere y espera que las normas dentro del mismo se cumplan.
"Reclamamos una cantidad razonable, no se trata de hacerse millonario con esto", argumentó. 1700 dólares pidió el fanático: 170 dólares por la entrada y el resto por los daños morales causados.
Demandamos al sistema para que se apliquen medios técnicos que existen y ya se usan en otros deportes. Estos errores siempre van en perjuicio de los débiles
A su vez, tanto la víctima como su abogado, aseguraron que se debe usar la tecnología en el fútbol para no llegar a estos casos: "Se pueden y se deben mejorar las normas. En el tenis, el Ojo de Halcón tuvo detractores al principio y ahora está totalmente instalado. Si nuestra demanda se admite, va a ser aplicable a nivel europeo y cualquier espectador que se vea afectado por un engaño podrá reclamar".
La demanda se basó en la Ley de Consumidores y Usuarios y no admite apelación porque el monto no es extravagante. Es por eso que la sentencia, de producirse, sería definitiva, y tampoco pueden aplicársele costas judiciales.