Andy Murray inició el año como número 2 del ranking mundial y en el primer Grand Slam del año tendría la primera prueba de fuego ante quien serí su máximo rival de esta temporada. En el Abierto de Australia, el británico llegó a la final, pero perdió ante el serbio Novak Dokovic por 1-6, 5-7, 6-7 (3-7).
Más tarde, comenzarían los malos resultados. Durante la gira por Estados Unidos, el escocés cayó en octavos de final del Masters de Indian Wells y de Miami, ante el argentino Federico Delbonis y ante el búlgaro Grigor Dimitrov, respectivamente.
En abril, el Masters de Montecarlo también le traería dolor de cabeza. Murray quedó eliminado en semifinales ante el español Rafael Nadal. Mientras que mayo también inició con malas noticias, ya que perdió ante Djokovic el Masters de Madrid.
El británico revierte las malas actuaciones en el Masters de Roma, certamen que conquista sin ceder ni un sólo set y venciendo en la final a Djokovic por un doble 6-3, para alcanzar su primer título del año.
En Roland Garros, Murray llegaba como candidato y tras superar en semifinales al suizo Stanislas Wawrinka, defensor del título, cayó una vez más ante el serbio, por 6-3, 1-6, 2-6 y 4-6.
En junio, la hierba le sentó bien al escocés. Primero se alzó con el trofeo de Queen's Club, luego de superar a Milos Raonic por 6-7 (5-7), 6-4 y 6-3. Más tarde, en Wimbledon, Murray volvió a imponerse ante el canadiense, esta vez en sets corridos, 6-4, 7-6(3) y 7-6(2), y obtuvo así su segundo título del Grand Slam británico.
Tras renunciar al Masters de Canadá, el tenista de 29 años protagonizaría un brillante torneo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En la final venció al argentino Juan Martín del por 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5, y se convirtió en el único tenista masculino en conseguir dos medallas oro individuales consecutivas.
Luego de disputar la final de Cincinnati, en donde cayó ante el croata Marin Cilic por 6-4 y 7-5, Murray llega al Abierto de Estados Unidos como uno de los máximos candidatos. Sin embargo, en el último Grand Slam del año, fue eliminado en los cuartos de final ante el japonés Kei Nishikori.
En septiembre, el escocés se sumó al equipo de la Copa Davis y enfrentó en las semifinales a la Argentina. Murray cayó en el primer punto ante Del Potro, luego ganó el dobles junto a su hermano Jamie y finalmente superó a Guido Pella. Sin embargo, la serie fue en favor del combinado sudamericano que terminó clasificando a la final.
Después de aquel golpe, se aleja del circuito por dos semanas y reaparece en el Torneo de Pekín para vencer en la final al búlgaro Grigor Dimitrov por 6-4 7-6 (7-2), sin ceder un set en todo el certamen. En las semanas siguientes, se corona campeón del Masters de Shanghái, al vencer al español Roberto Bautista, y del Torneo de Viena, tras superar a Tsonga, para llegar como número 1 al Masters de Londres.
De esta manera, se colgó el título de candidato de cara al último torneo del año, el Masters de Londres. Allí superó a todos sus rivales y en la final se encontró con quien fue su principal verdugo del año, en un duelo que definiría al número 1 del ranking ATP 2016.
Este domingo, Murray hizo historia. Aplastó por 6-3 y 6-4 al serbio en 1:42 y podrá cerrar el año como el mejor tenista del planeta, terminando así con una hegemonía de 12 años impuesta por Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic.
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