Desembarcó en el Manchester United tras una turbulenta salida del Chelsea. Rearmó el equipo a su gusto. Incorporó a estrellas del calibre de Zlatan Ibrahimovic y Paul Pogba. Sin embargo, el portugués José Mourinho sigue sin poder adaptarse a su nuevo club, por lo tanto, tampoco logra encajar en la ciudad. Su equipo juega mal, su mujer y sus hijos están lejos. Su vida es un drama.
"Mi vida es un desastre", dice la portada de este miércoles del Mirror Sport, que utilizó esa frase pronunciada por el estratega de los Diablos Rojos para contar los detalles de su mísera vida de hotel, lejos de su familia y con la presión de no poder mejorar el rendimiento de su nuevo elenco.
Desde que comenzó la temporada, el DT luso pasa sus días encerrado en el Hotel Lowry, ubicado en el centro de Manchester. No logra tener una vida normal, ya que se le dificulta salir a la calle. Y, como si fuera poco, su esposa Tami y sus hijos Matilde y Jose viven en Londres, a 300 kilómetros de distancia.
"Para el hotel y la marca de ropa que me patrocina es fantástico tener a los paparazzi siguiéndome todo el día. Pero para mí es un desastre. A veces quiero andar un poco y no puedo. Lo único que quiero es ir a un restaurante. Pero no puedo. Al menos tengo aplicaciones para pedir comida a domicilio", se lamentó Mourinho en una entrevista en Sky Sports.
A horas de enfrentarse al Manchester City de Pep Guardiola por la Copa de la Liga, donde el United buscará recuperarse de la dura derrota ante Chelsea, el técnico portugués lamenta tener lejos a su familia, pero sabe que sus hijos están creciendo y debe soportarlo.
"La realidad es que mi hija cumplirá 20 años la semana que viene y mi hijo tendrá 17 en un par de meses. Están muy estables. Universidad en Londres, fútbol en Londres. Por primera vez, la familia vive caminos diferentes. Quizá consiga un buen apartamento", comentó.