En el escándalo que implica a cuatro nadadores estadounidenses en los Juegos Olímpicos, el único que logró irse a los Estados Unidos fue Ryan Lochte. Según informó NBC News, modificó algunos detalles de la versión contada por sus colegas, Jack Conger, Gunnar Bentz y Jimmy Feigen.
Lochte, de 32 años, dijo que el asalto no se habría producido mientras circulaban por Río de Janeiro en la madrugada del domingo con un taxi de regreso a la Villa Olímpica, como habían contado inicialmente, sino que fue en una gasolinera.
"Fueron al baño en una estación de servicio. Luego regresaron al taxi, y cuando le dijeron al taxista que los lleve, no se movió. Ellos dijeron 'vamos', de nuevo, y otra vez el taxista no se movió. Fue entonces cuando dos hombres se acercaron al coche con armas", contó el periodista Matt Lauer, quien charló con el nadador que logró viajar a los EEUU.
En un principio, los cuatro nadadores había dicho que unos hombres armados se hicieron pasar por policías y detuvieron el taxi en el que regresaban de una fiesta a las cuatro de la mañana. La Policía impidió el miércoles que Bentz y Conger viajen a los Estados Unidos.
Hay un segundo detalle que Lochte cambió en la historia original contada por los deportistas: negó que lo hayan encañonado con una pistola en la cabeza, y sostuvo que simplemente lo apuntaron.
Además de estas discrepancias entre los deportistas, también apareció un video con su llegada a las instalaciones de la Villa Olímpica, tranquilos y con sus objetos personales.
Esto obligó a las autoridades de Brasil a abrir una investigación sobre la veracidad de sus declaraciones. Sergio Viegas, el abogado de los nadadores que no pueden salir de Río de Janeiro, explicó en USA Today que los hará cooperar con la investigación: "Tan sólo estoy intentado darle a Brasil lo que necesitan, o lo que quieren, e irme de aquí".