El gobierno de Colombia y la guerrilla del ELN prorrogaron hasta el lunes el cierre del tercer ciclo de diálogos de paz, del que se espera un acuerdo de alto al fuego bilateral temporal antes de la visita del Papa a ese país la semana próxima.
Ambas delegaciones tenían previsto cerrar el viernes a las afueras de Quito el tercer ciclo de negociaciones de paz iniciadas en febrero, y querían hacerlo con un anuncio de cese al fuego bilateral temporal antes de la visita del pontífice, del 6 al 10 de septiembre.
El gobierno le exige a la guerrilla que renuncie al secuestro, los atentados contra oleoductos, la siembra de minas antipersonales y el reclutamiento de menores de edad.
El ELN, por su parte, espera un "compromiso más fuerte" por parte del gobierno para detener los asesinatos de líderes sociales a manos de paramilitares.
La Armada de Colombia le atribuyó este viernes a la guerrilla un ataque a una patrulla fluvial en un municipio fronterizo con Venezuela, que dejó tres militares heridos y otro desaparecido.
El ELN también fue responsabilizado el miércoles de un atentado a uno de los principales oleoductos del país, que produjo la contaminación de dos riachuelos y obligó a suspender el bombeo de crudo en el departamento de Arauca, también fronterizo.
Aunque no han sido reivindicados por la guerrilla, estos ataques podrían estar entorpeciendo la mesa de negociaciones.
Nacido en los años 1960 inspirado en la Teología de la Liberación, el ELN es el único grupo rebelde que opera en en el país tras el acuerdo de paz alcanzado en noviembre con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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