El bombeo de petróleo por el oleoducto colombiano Caño Limón-Coveñas fue interrumpido este lunes por un ataque del Ejército de Liberación Nacional, que provocó derrame de crudo y contaminación ambiental, informaron fuentes militares y de la empresa Ecopetrol.
El ataque se produjo en una zona rural del municipio de El Carmen, en el departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, donde hubo un derrame de crudo que contaminó un río de la región, precisaron las fuentes.
Las acciones del ELN contra la infraestructura petrolera son frecuentes en medio del conflicto interno de 52 años que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados.
Ecopetrol notificó a los consejos municipales, departamentales y las autoridades ambientales sobre el hecho y rechazó "enfáticamente estas acciones ilícitas que ponen en riesgo la integridad de las personas, afectan gravemente el medio ambiente y a las comunidades vecinas".
#Atención: atentado contra oleoducto Caño Limón en su paso por Norte de Santander. Rechazamos estas acciones que afectan al medio ambiente https://t.co/m4dJoHPHeR
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) August 29, 2017
Funcionarios de la empresa dijeron que enviaron personal a la zona del ataque para iniciar las reparaciones de la tubería que normalmente demora algunos días, dependiendo de las condiciones de seguridad.
En otro comunicado, la Fuerza de Tarea Vulcano, adscrita a la Segunda División del Ejército, indicó que el hecho es atribuido a la compañía "Francisco Bossio" de la guerrilla.
En 2016, el oleoducto fue objeto de 43 ataques y en lo que va del 2017 los rebeldes han realizado un número igual de voladuras, de acuerdo con Ecopetrol.
Pese a la parálisis del bombeo por el oleoducto de 780 kilómetros con capacidad para transportar hasta 210.000 barriles diarios de crudo, la producción y las exportaciones de petróleo de los pozos de Caño Limón, operados por Occidental Petroleum, no han sido afectadas por el atentado del lunes.
El Gobierno del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el ELN iniciaron en febrero en Ecuador una negociación formal de paz que se realiza en medio de las hostilidades, pese a que buscan pactar un cese bilateral al fuego.
El grupo terrorista, que cuenta con unos 2.000 combatientes, se opone a la presencia de empresas multinacionales en el sector minero y petrolero, argumentando que se apoderan de los recursos naturales sin dejar beneficios a la población ni a la economía del país.
(Con información de EFE y Reuters)
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