El simulacro se realizó en un campo de entrenamiento del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) de Colombia, ubicado en Funza, Cundinamarca. Consistía en un traslado de presos muy peligrosos, que iban a intentar ser rescatados por sus secuaces.
El grupo de cadetes se dispersó cuando comenzaron los primeros tiroteos con balas de salva. Pero uno de ellos, identificado como el dragoneante Andrade, de 19 años, quedó tendido en el suelo, simulando estar herido.
Segundos después irrumpió en escena un autobús. Se suponía que debía llevarse al caído, pero inexplicablemente el conductor, Mauricio Ricardo Camargo, lo arrolló.
Andrade fue trasladado a un hospital, donde murió en las horas siguientes. Las autoridades del INPEC iniciaron una investigación para esclarecer el incidente.
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