El ex gobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral fue condenado a 45 años de prisión por corrupción

Se lo acusa de los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación ilícita en un proceso relacionado con el trama corrupta destapada en Petrobras

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Sergio Cabral (Getty)
Sergio Cabral (Getty)

El ex gobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral fue condenado a 45 años y dos meses de cárcel por los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación ilícita en un proceso relacionado con el trama corrupta destapada en Petrobras.

Esta es la segunda condena que recibe Cabral tras la recibida en junio pasado de 14 años y dos meses de prisión por corrupción y lavado de dinero, también por un caso ligado con los millonarios desvíos que ocurrieron en la petrolera estatal y que investiga prácticas idénticas en el Gobierno de Río.

La nueva sentencia fue dictada por el juez federal Marcelo Bretas, de primera instancia, quien también condenó a 18 años y 3 meses de cárcel a la esposa del ex gobernador, Adriana Ancelmo.

Sergio Cabral junto a Lula da Silva (AFP)
Sergio Cabral junto a Lula da Silva (AFP)

En el auto del magistrado, Cabral, que ocupó el cargo de gobernador de Río de Janeiro entre 2007 y 2014 y afronta todavía más de diez procesos por delitos de corrupción, es descrito como "creador de una gigante trama corrupta institucionalizada en el gobierno regional".

"Era el jefe de la organización, cabiéndole esencialmente solicitar sobornos a las empresas que deseaban contratar con el estado de Río de Janeiro, en especial a Andrade Gutiérrez, y dirigir a los demás miembros de la organización en el sentido de promover el lavado de dinero ilícito", agregó la sentencia.

Era el jefe de la organización, cabiéndole esencialmente solicitar sobornos a las empresas que deseaban contratar con el estado de Río de Janeiro

Cabral, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el presidente Michel Temer, denunciado dos veces por supuesta corrupción, logró una enorme popularidad durante su gobierno debido al protagonismo que adquirió el estado por la celebración del Mundial de fútbol, los Panamericanos y la adjudicación de los Juegos Olímpicos.

Tras años de bonanza, el estado de Río de Janeiro, rodeado de escándalos de corrupción, se sumergió en una aguda crisis económica que le llevó a decretar el estado de calamidad financiera poco antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016.

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