Los residentes de las islas del Caribe, particularmente de Dominica, se vieron afectados la noche del lunes por los vientos de categoría máxima del huracán María, menos de dos semanas después de que Irma devastara la región.
María se convirtió al caer la noche en un huracán "potencialmente catastrófico" y tocó tierra en Dominica, con vientos máximos sostenidos de 260 km/h en su ruta hacia el noreste, que la llevará el miércoles sobre Puerto Rico.
"¡Duro! ¡Duro! ¡Duro!", escribió el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, en un desesperando mensaje en Facebook.
El funcionario usó la red social para contar en vivo qué estaba pasando durante la más devastadora tormenta que jamás golpeó la isla.
"Mi techo no está más. Estoy completamente a merced del huracán", agregó poco después. "La casa se está inundando".
El hombre, quien habló de "vientos despiadados", informó más tarde que había sido rescatado.
"¡Los vientos son despiadados! Sobreviviremos si Dios quiere", escribió el primer ministro.
Más tarde, Skerrit difundió otro mensaje para dar cuenta de la situación en la isla tras el paso del ciclón.
"Los reportes iniciales son de devastación masiva", escribió. "Perdimos todo lo que el dinero puede comprar y sustituir".
"Mi temor más grande para esta mañana es que nos despertemos con reportes de graves daños físicos y posibles muertes producidas por deslaves causadas por las persistentes lluvias", agregó. "Hasta ahora los vientos se llevaron los techos que casi cada persona con la que hablé".
"Honestamente no estoy preocupado por los daños, porque es devastador… en efecto, es alucinante. Mi objetivo ahora es rescatar a los que están atrapados y asegurar asistencia médica a los heridos", dijo.
"Necesitamos ayuda, amigo, necesitaremos todo tipo de ayuda".
El primer ministro concluyó agregando que es probable que los puertos y los aeropuertos no se puedan usar durante los próximos días y solicitó la ayuda y los servicios de helicópteros de las "naciones amigas".
Desde la tarde, los residentes de Dominica -de 73.000 habitantes- reportaban en las redes sociales intensas lluvias, fuertes vientos e inundaciones y marejadas en las costas.
También daban cuenta de árboles caídos y postes eléctricos derribados a medida que se deterioró el clima a lo largo de la jornada.
"No esperen a que el río se desborde para entonces tratar de cruzarlo o caminar a través de calles inundadas", había advertido el primer ministro en conferencia de prensa, ordenando a los pobladores que viven en las áreas bajas que evacuaran a zonas más altas.
La isla de Santa Lucía, con una población de cerca de 180.000 habitantes, recibió el embate de María pocos días después de haber recopilado provisiones de emergencia para las islas vecinas azotadas por Irma.
El primer ministro interino Lenard Montoute urgió a los residentes a "mantenerse alerta".
Pero Santa Lucía parece haber escapado de la furia de María, dijo la organización local de manejo de emergencias (NEMO). No obstante, sí se reportaron deslaves, inundaciones y cortes de electricidad.
Al norte de las Antillas Menores, en Antigua y Barbuda, los residentes pasaron la jornada tapiando puertas y ventanas.
Antigua no sufrió mayores destrozos durante el paso de Irma, pero la mayoría de las casas de su isla hermana, Barbuda, quedaron destruidas y cientos de personas viven aún en refugios.
Ian Edwards, un empresario jubilado de 69 años, contó que tenía todo dispuesto para recibir un huracán debido a que aún no había vuelto a la normalidad después de Irma.
"Volví a podar los árboles hoy y todo lo que necesito es cerrar las contraventanas y rezar para que María sea gentil con nosotros", dijo a la AFP.
LEA MÁS: