El huracán Irma derrumbó el sábado y el domingo en la mañana árboles, techos y postes del tendido eléctrico con vientos de unos 200 kilómetros por hora (kph), que dañaron hoteles en los centros turísticos más conocidos de la isla, y provocó evacuaciones forzadas en el litoral costero de La Habana.
La capital cubana sufrió inundaciones como consecuencia de la marejada ciclónica producida por Irma. Unos 5000 turistas fueron evacuados de la isla.
En el litoral noroccidental, desde Matanzas a La Habana, el huracán produjo "olas [de] entre 6 y 9 metros", informó el Instituto de Meteorología cubano. Unas 1,5 millones de personas fueron evacuadas de áreas consideras en riesgo.
"La capital debe saber que las inundaciones durarán más de 36 horas, en otras palabras, persistirán", afirmó el coronel Luis Ángel Mascareno, quien además añadió que las aguas ingresaron unos 600 metros en La Habana.
La electricidad fue cortada para evitar cortocircuitos y el servicio de telefonía celular funcionaba con intermitencia, mientras Irma se acercaba al final de su viaje de 320 kilómetros a lo largo de la costa norte de Cuba para luego emprender rumbo hacia Florida.
En el pueblo pesquero de Caibarién, los residentes comenzaron a barrer los escombros caídos de las viviendas afectadas cerca de la playa luego de que las marejadas ocasionadas por la tormenta llevaron aproximadamente un metro de agua del mar hacia la costa.
Mientras el agua bajaba, en las calles se podían apreciar algas verdes que parecían una alfombra. La gente dijo que era el ciclón más potente que jamás había golpeado a la ciudad.
"Las planchas de zinc llegaron volando hasta nuestro patio, dañaron la pared de la cocina y perdimos muchos tejados", dijo Ángel Coya, de 52 años, quien sostuvo que está optimista de que el gobierno cubano ayudará a reparar los daños. "Tenemos que seguir adelante", señaló.
Con información de Reuters
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