Otto Pérez Molina tuvo que renunciar a la presidencia de Guatemala el 3 de septiembre de 2015, luego de que el Congreso le retirara la inmunidad por encabezar una millonaria red de defraudación aduanera. Cinco días más tarde le dictaron la prisión preventiva, y está encerrado desde ese momento. Un personaje fue clave en su caída: Iván Velásquez, titular de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), nombrada por la ONU en 2007 para investigar a los grupos criminales enquistados en el estado desde la Guerra Civil (1960-1996). Junto con la fiscal general Thelma Aldana, llevaron adelante las principales investigaciones de corrupción contra algunos de los funcionarios públicos más poderosos de los últimos años.
En el marco de la profunda crisis política que se desató en esos meses creció la figura de un outsider, el comediante Jimmy Morales. Tras consolidarse como uno de los personajes más populares de la televisión guatemalteca, dio el salto a la arena política en 2011. Sin mucho éxito en un primer momento, a medida que avanzaban las revelaciones sobre el escándalo de corrupción que afectaba a Pérez Molina y a buena parte de la dirigencia, fue creciendo en las encuestas. Así ganó las elecciones presidenciales del 25 de octubre de 2015.
"Ni corrupto, ni ladrón", fue el lema que repitió hasta el cansancio durante la campaña. Prometía profundas reformas para transparentar la política nacional y no dejaba de elogiar el trabajo de la CICIG. Pero todo cambió cuando entró a la Casa de Gobierno, el 14 de enero de 2016. Su discurso anticorrupción comenzó a resquebrajarse en septiembre del año pasado, cuando Velásquez y Aldana empezaron a investigar a su hijo José Manuel y a su hermano —y ex compañero en la televisión— Sammy Morales. Tras la presentación de abundantes evidencias de que habían participado de una trama de financiamiento ilegal con facturas apócrifas para apoyar la candidatura de Morales, ambos fueron arrestados en enero. Así estalló la guerra.
Luego de pasar meses buscando apoyos entre los heridos por las pesquisas de la CICIG, el Presidente decidió dar el primer paso el jueves 24 de agosto. Casi sin avisar, viajó a Nueva York para reunirse con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Se decía que le iba a pedir la remoción de Velásquez, pero finalmente se limitó a solicitar que deje de investigar a su gobierno, con el argumento de que se estaba desviando de su misión original. Rápido de reflejos, Velásquez contragolpeó de inmediato. Al día siguiente presentó junto con la fiscal general un pedido de antejuicio contra Morales por financiación ilegal. Lo acusan de haber ocultado información contable de su partido por 800 mil dólares.
"Hay señalamientos de un narcotraficante, de nombre Marlón Monroy, alias El Fantasma, que dijo haber entregado dinero para la campaña de Morales al hijo del vicepresidente Jafeth Cabrera. El Fantasma ya fue extraditado a Estados Unidos, por lo que se desconoce si ha vinculado a más funcionarios del actual gobierno en el financiamiento electoral con dinero del narcotráfico", contó a Infobae el politólogo Jahir Dabroy, investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
El domingo 27 a las 6 de la mañana, horas después de haber aterrizado tras su fugaz visita a la ONU, se produjo el ataque definitivo del mandatario. Invocando la convención de Viena, declaró persona non grata a Velásquez y ordenó su inmediata expulsión del país. No previó la ola que desataría en su contra. Miles de personas salieron a la calle a protestar, varios ministros presentaron su renuncia y se produjo una condena internacional automática, que incluyó al propio Guterres.
Algunas escenas de Moralejas, el programa de televisión de los hermanos Molina
"Lo que se ve hoy es una respuesta de las estructuras de poder para evitar que continúe esta cruzada contra la corrupción. La acción del presidente es parte de la estrategia de los grupos que no quieren que la Comisión siga en el país. Si están dispuestos a enfrentarse a las Naciones Unidas es por el pánico que tienen, porque se sienten amenazados por las investigaciones. Es una contraofensiva conservadora de los que tienen y quieren más impunidad, y eso ha llevado a una crisis política y social", explicó Sandino Asturias, coordinador general del Centro de Estudios de Guatemala, consultado por Infobae.
Morales recibió la peor noticia el martes a la tarde. La Corte de Constitucionalidad (CC) anuló la expulsión del titular de la CICIG por considerar ilegal la resolución. "Continuaremos con nuestras actividades y funciones en el cumplimiento integral de nuestro mandato como se ha realizado hasta ahora", anunció Velásquez este jueves a través de un comunicado, confirmando que permanecerá en el cargo. El conflicto promete sumar nuevos capítulos en las próximas semanas.
"Hay una especie de Guerra Fría —dijo Dabroy—, pues las personas no están unidas como en 2015, ya que han logrado polarizar el país en dos bandos, los pro Iván y los pro Jimmy, que señalan que no se debe aceptar a un extranjero teniendo injerencia en los asuntos nacionales, y que quienes apoyan a Iván son de izquierda. Toda esta creación que parece de inteligencia militar ha permeado el imaginario colectivo de las capas urbanas de la población".
Lo que se ve hoy es una respuesta de las estructuras de poder para evitar que continúe esta cruzada contra la corrupción
La CICIG y la "misión imposible" de poner fin a la impunidad
"La Comisión fue solicitada a la ONU por el estado guatemalteco hace años y se instaló para identificar y desmantelar las estructuras de los grupos ilegales y aparatos clandestinos de represión que operaron durante la guerra, que fue muy cruenta. La contrainsurgencia se infiltró y consiguió un control casi total del estado, manejando aduanas y diferente espacios de poder. Después de la paz se volcaron al crimen organizado", contó Asturias.
Si bien la CICIG actúa en Guatemala desde 2007, recién a partir de 2013, con el nombramiento de Velásquez, empezó a tener un lugar central en la política nacional. De casi no meterse con la corrupción política, la CICIG pasó a impulsar una veintena de causas contra altos funcionarios, incluidos Morales y su entorno, y el ex presidente Pérez Molina y su vice, Roxana Baldetti.
"Velásquez ha sido, sin duda, el Comisionado que más resultados ha dado al frente de la CICIG. Se conocen al menos 24 casos de alto impacto para la clase política, que en otras condiciones nunca se hubiesen dado en el país. Ha demostrado un compromiso inclaudicable contra el crimen organizado y las estructuras paralelas que históricamente han rodeado al estado de Guatemala", afirmó Dabroy.
Que fruto de este trabajo haya tenido que renunciar un presidente, para luego quedar preso, es una muestra del potencial transformador de la misión que está llevando adelante Velásquez. La profundización de estas investigaciones podría lograr algo mucho más importante que cambiar a un gobierno por otro: impulsar un cambio en el sistema político.
"La CICIG ha tiene grandes méritos en haber hecho visible la magnitud y complejidad del problema de corrupción en el estado. Esto ha hecho que la ciudadanía se sienta con esperanzas de que se haga justicia. También ha fortalecido la capacidad técnica del Ministerio Público para realizar su labor de persecución penal. Por ejemplo, ha introducido las escuchas telefónicas y el rastreo de documentos para presentar evidencias verificables en sus argumentos, más allá de los testimonios de testigos protegidos. Como consecuencia, la función pública se ha transformado, ya que la CICIG logró que sea creíble abrir un caso en contra de cualquier persona de la que se tenga sospecha de anomalías", sostuvo Javier Brolo, profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco Marroquín, en diálogo con Infobae.
Sólo si se capta la magnitud de la transformación que está protagonizando la CICIG se puede comprender la virulencia de la reacción que está suscitando entre los que tienen mucho para perder con un modelo más transparente.
Velásquez ha demostrado un compromiso inclaudicable contra el crimen organizado y las estructuras paralelas que históricamente han rodeado al estado
"Ni corrupto, ni ladrón"
Jimmy Morales se hizo famoso junto a su hermano Sammy por Moralejas, el programa de televisión humorístico —de dudosa calidad, pero consistente popularidad— que se mantuvo en el aire durante más de 15 años. Tan exitoso fue que llevaron a muchos de sus personajes al cine. Ante el descrédito generalizado de la clase política, el partido Acción de Desarrollo Nacional le ofreció en 2011 presentarse como candidato a alcalde en el municipio de Mixco, departamento de Guatemala. No le fue bien. Tuvo que contentarse con un magro 8% de los votos, que apenas le alcanzaron para salir tercero.
No obstante, tendría una segunda oportunidad. Necesitados de una figura nueva para lavar su imagen, un grupo de ex militares de polémico papel durante la Guerra Civil lo eligieron para que sea la cara visible de su partido, el Frente de Convergencia Nacional. El 10 de marzo de 2013 lo nombraron secretario general, y el 17 de mayo de 2015 lo oficializaron como candidato a presidente.
"Morales ganó en una situación de crisis política —dijo Asturias—. Su partido estaba cuestionado, porque está conformado por militares retirados. Pero llegó con una promesa muy simple, 'ni corrupto, ni ladrón'. La gente fue a votar contra el sistema corrupto. Como no lo conocían, le dieron el voto de confianza. Pero hoy tenemos a un gobierno y a un Congreso que son de la vieja política. La indignación social es porque se ve que es convirtió en el líder de los corruptos. La gente se siente defraudada y engañada".
Sin embargo, gracias a un discurso fervientemente nacionalista y una estrategia de polarización, el Presidente consiguió generar confusión y mantener una base de apoyo a pesar de las críticas. Para estos sectores, el malo de la película es Velásquez.
"Muchos de los votantes que se identifican con Morales por ser evangélico y una persona que no viene de la élite tradicional, que votaron por él con entusiasmo, fácilmente pueden ver la situación como una revancha política. Esto abre un frente para que la CICIG sea cuestionada por cuáles son sus prioridades", dijo Brolo.
La gente fue a votar contra el sistema corrupto. Como no lo conocían, le dieron el voto de confianza
Velásquez ganó esta batalla, pero la guerra continúa y sus enemigos son muy poderosos. Para Asturias se abren dos escenarios posibles hacia adelante. "Ante la debilidad actual del gobierno, una alternativa es que se incrementen las acciones de carácter autoritario para consolidar ese poder frágil. Sería muy delicado. El segundo escenario es que avancen los organismos de justicia y la presión social, que prospere el juicio contra el presidente y que termine siendo destituido. Así se podrían profundizar las reformas democráticas que necesita el país".
Por el momento, no parecen dados los números para que caiga Morales, ya que primero tendría que dar su aval la Corte Suprema y luego las dos terceras partes del parlamento. En caso de que consiga mantener un mínimo de apoyo en la opinión pública y en la corporación política, el Presidente podría estar en condiciones de seguir desestabilizando a la CICIG.
"Morales ya afirmó que respetará la decisión de la Corte de Constitucionalidad. Sin embargo, no se descarta que Velásquez pueda renunciar en los próximos meses dado el nivel de desgaste que le ha generado esta lucha política y pueda llegar un nuevo modelo desde Naciones Unidas, que bien podría ser una especie de triunvirato. En cuanto al presidente, aunque tiene cuatro antejuicios en su contra, es prácticamente imposible que los diputados den 105 de los 158 votos para declararlo con lugar, pues están acuerpados ante la misma amenaza que es la CICIG. La única manera de que Morales deje el poder es por renuncia debido a protestas ciudadanas", concluyó Dabroy.
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