Brasil: los mercados aplauden la propuesta de privatización de la estatal Eletrobras

El Ministerio de Minas y Energía hizo un anuncio donde blanqueó su voluntad de vender una parte de la compañía, pero manteniendo el derecho a veto. Dilma Rousseff cuestionó la decisión y dijo que amenaza la seguridad energética del país

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El mercado brasileño aplaudió el martes la propuesta del Gobierno de privatizar la estatal brasileña Eletrobras, la mayor empresa de energía del país, una medida que ayudará al Ejecutivo a reducir el abultado déficit de sus cuentas públicas.

Las acciones ordinarias (con derecho a voto) de Eletrobras avanzaban alrededor de un 46% a media sesión, mientras que las preferenciales (las de mayor valor) escalaban un 30% en la bolsa de Sao Paulo.

De esta forma, el valor de mercado de la estatal pasó de los 20.170 millones de reales (unos 6.370 millones de dólares) hasta los 27.450 millones de reales (unos 8.667 millones de dólares) en una sesión, según la consultora Economática.

El Ministerio de Minas y Energías anunció la víspera su intención de vender el control de Eletrobras, una operación que podría generar una recaudación de 20.000 millones de reales (unos 6.349,2 millones de dólares) a las arcas públicas en un momento en el que Brasil enfrenta un abultado déficit fiscal.

Paulo Pedrosa, vocero del Ministerio
Paulo Pedrosa, vocero del Ministerio de Minas y Energía

La propuesta deberá ser analizada ahora en el seno del Programa de Asociaciones en Inversiones (PPI) de la Presidencia, un órgano multiministerial que es responsable por definir los procesos de privatización de estatales brasileñas y por las concesiones a la iniciativa privada.

La venta del control de la estatal brasileña excluye inicialmente tanto la gigantesca hidroeléctrica Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay, como las plantas nucleares operadas por la compañía, según aclararon el martes voceros del Ministerio de Minas y Energía.

"Si llegamos a la conclusión de que el proyecto nuclear no puede ser privatizado, así como la central hidroeléctrica de Itaipú, esos proyectos serán separados del proceso de venta. En un primer momento Itaipú esta fuera del proceso de desestatización", afirmó el secretario ejecutivo del Ministerio, Paulo Pedrosa.

Según Pedrosa, la participación brasileña en la hidroeléctrica binacional (50%) no puede ser separada de la participación paraguaya (50%) ya que el tratado internacional que permitió la construcción y que regula Itaipú está por encima de las leyes internas de cada país

El ministro de Minas y Energía, Fernando Coelho, por su parte, afirmó en la misma rueda de prensa que la intención del Gobierno es poder concluir el proceso de desestatización hasta mediados del próximo año para que no sufra interferencias por las elecciones presidenciales de octubre de 2018.

La propuesta del Ministerio es que el proceso permita la reducción significativa de la participación del Estado brasileño en Eletrobras, actualmente del 51% de las acciones ordinarias (con derecho a voto) y del 40,99 % del capital total, para que la empresa pueda ser gestada por la iniciativa privada y sin interferencia política, pero sin que el Gobierno pierda el derecho a veto.

“El Gobierno tendrá menos acciones de una empresa mucho más valorada”

"El Gobierno tendrá menos acciones de una empresa mucho más valorada. Las ganancias con dividendos podrán aumentar incluso si consideramos que Eletrobras pasará a ser una corporación de mercado que generará lucro", sostuvo Pedrosa.

La decisión de la venta del control de Eletrobras no era esperada por el mercado, que recibió con euforia el anuncio realizado la víspera por el Ministerio de Energía.

"El anuncio es bastante positivo, tanto por el lado micro como macro. Va a mejorar la gobernanza de la empresa y tenemos que tener en consideración la recaudación para las cuentas públicas", dijo a Efe Ignacio Crespo, analista de la corredora Guide Investimentos.

Crespo colocó como ejemplos "positivos" la privatización realizada en el pasado de la minera brasileña Vale, una de las mayores exportadoras de hierro del mundo, y la de la fabricante de aeronaves Embraer.

Tras el anuncio, la ex presidenta Dilma Rousseff, destituida el pasado año por unas irregularidades en las cuentas públicas, criticó la decisión del Gobierno y denunció que la privatización amenaza la seguridad energética en el país.

"Después de la farra de la compra de votos, el Gobierno ilegítimo anuncia una meta irreal y quiere vender el patrimonio del pueblo para cumplirla", aseguró Rousseff a través de Twitter.

El Gobierno brasileño aumentó la semana pasada su meta de déficit fiscal para 2017 a 159.000 millones de reales (50.200 millones de dólares), lo que supone un alza de casi un 15 % sobre su previsión inicial, ante la reducción de las perspectivas de crecimiento por parte del mercado y una menor previsión en la recaudación.

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Con información de EFE

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