Mientras espera condena en España, donde disfruta de libertad condicional, el abogado de la constructora Odebrecht, Rodrigo Tacla, sigue atemorizando a políticos y funcionarios de todo el mundo. Con 44 años, es uno de los hombres que conoce al detalle los secretos del gigante de la construcción que se encuentra en el ojo de la tormenta por el pago de sobornos a gobiernos de doce países, pero cuya crisis tiene epicentro en Brasil a partir del Lava Jato.
Tacla niega las acusaciones que pesan en su contra por lavado de dinero por 14 millones de dólares. Acepta, sin embargo, que conoce los secretos de la compañía porque en los apenas 5 años que trabajó en ella "evaluó riesgos" y, en una entrevista que concedió al diario español El País, reveló algunos de los detalles de una de las tramas de corrupción más vastas del mundo.
"El primer contacto se establecía en la campaña electoral. Odebrecht corría con los gastos del marketing político de los candidatos (…) El dirigente incluía en su plan de Gobierno las obras que le interesaban a Odebrecht. La constructora, en algunos casos, asesoraba a los países sobre cómo conseguir financiación a través de organismos como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)", detalló Tacla sobre los mecanismos de Odebrecht para establecer sus vínculos políticos.
Además, confirmó que fueron más de 1.000 los funcionarios, candidatos y presidentes que fueron sobornados por la constructora -sólo en Brasil hay 500 personas involucradas- y que la empresa gastaba anualmente más de 300 millones de dólares en comisiones ilegales.
"El dinero se movía en efectivo, a través de cuentas en paraísos fiscales y transferencias internacionales. La constructora, por seguridad, nunca pagaba en los países de origen del beneficiario. Y usaba el Meinl Bank para enviar fondos a Personas Políticamente Expuestas (PEP), que es como se denominan los cargos públicos susceptibles de cometer blanqueo", detalló.
Por su parte, Tacla desmintió la afirmación de Marcelo Odebrecht, presidente de la compañía, quien fue condenado a 19 años de prisión por reconocer el pago de casi 800 millones de dólares en sobornos. "No (es correcta esa cifra). Un ex directivo del Meinl Bank declaró que esta entidad movió 2.500 millones de dólares", corrigió.
Amenazado, el abogado confesó que le exigieron silencio y que es temido por muchas funcionarios y gobernantes de la región. "Mi testimonio puede afectar a muchas personas poderosas en el mundo", concluyó.
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