El Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región (TRF-4) tiene en sus manos la decisión que definirá el futuro político de Brasil: confirmar la sentencia de nueve años y medio de prisión para el ex presidente Lula da Silva o rechazar la condena del juez Sergio Moro y permitir al líder del Partido de los Trabajadores presentarse a las elecciones del 2019, para las que es el máximo favorito.
En principio, el tribunal, compuesto por los jueces Victor Luiz dos Santos Laus, Leandro Paulsen y João Pedro Gebran Neto asoma como una instancia ardua para los acusados: en el 70% de los 43 expedientes presentados por Moro, la pena fue mantenida, ya sea con alguna disminución o incluso un aumento de los años de prisión, según un relevamiento de Estadao.
Así, en el caso de Leo Pinheiro (ex presidente de la empresa constructora OAS y uno de los testimonios clave contra Da Silva), los magistrados sumaron 10 años a la pena que había sido impuesta en primera instancia por Moro, y en el caso del ex ejecutivo de Petrobras Renato Duque se agregaron otros 24 años a la condena inicial de dós décadas.
No obstante, en el 30% de los casos (12 veces), el acusado fue absuelto de los cargos. Este último es el caso de Joao Vaccari, ex tesorero del PT que había sido condenado a más de 15 años de prisión por el líder de la pesquisa. Pero la pena por corrupción, lavado de dinero y asociación criminal fue anulada por el TRF-4, al considerar que no hubo una corroboración de las pruebas. Un desenlace similar es la esperanza a la que se aferra el ex presidente.
Ante los jueces, la defensa de Lula insistirá con sus argumentos: que las evidencias son insuficientes y únicamente basadas en testimonios.
Entre los tres magistrados, el rol más importante lo juega Gebran, ya que es el relator de los procesos, quien recibe los argumentos de la defensa y decide sobre los pedidos más urgentes. El juez tiene una larga relación con Sergio Moro, a quien conoció en una maestría, e incluso fue acusado por ser el presunto padrino de uno de sus hijos, pero aseguró que solo ha mantenido "enriquecedores debates académicos" en la época universitaria.
Sin embargo, no se espera que la decisión sea emitida en el corto plazo. En promedio, reportó Folha do Sao Paulo, ese tribunal se ha tomado entre 12 y 18 meses para revisar las sentencias de Moro. La importancia de la decisión haría que se priorice el caso y se apure el veredicto, pero sería una sorpresa si el tribunal emite un fallo en las próximas semanas.
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