El presidente de Brasil, Michel Temer, denunciado esta semana por un supuesto delito de corrupción, defendió los resultados de sus políticas económicas en el día en el que afrontó su segunda huelga general en apenas dos meses.
"Brasil está caminando, a pesar de que algunos pretenden parar nuestro país. No lo conseguirán", aseveró el mandatario en un pronunciamiento divulgado en las redes sociales.
Sin hacer mención directa al paro general que ocurrió este viernes en el país, Temer recordó que, bajo su mandato, ha sido posible reducir la inflación más de siete puntos porcentuales y situarla en mayo en el 3,6 % interanual y volver a la senda del crecimiento tras dos años de profunda recesión.
"Reflejo de las medidas que están siendo tomadas y que van a contribuir para mejorar la vida de los brasileños", añadió.
El gobernante brasileño defendió la reforma laboral propuesta por su Gobierno y contra la que fue convocada por los sindicatos y movimientos sociales la huelga general de este viernes, la segunda en dos meses tras la del pasado 28 de abril.
Las centrales sindicales criticaron en las protestas que ese proyecto abre la puerta al abaratamiento de la mano de obra y exigieron además la retirada de la reforma, también en trámite, del sistema de jubilaciones, la cual endurece las condiciones para acceder a esa prestación.
"El país no va a parar y continuará avanzando", afirmó Temer en su discurso.
La huelga general, que no consiguió paralizar por completo Brasil pero sacó a las calles a miles de personas en los 27 estados del país, se produce en medio de una crisis política histórica que amenaza con desalojar del poder a Temer, a quien la Fiscalía denunció el lunes por un supuesto delito de corrupción pasiva.
El mandatario, que en ningún momento de su pronunciamiento habló de su delicada situación jurídica, es investigado además por los delitos de obstrucción a la Justicia y asociación ilícita, lo que podría derivar en nuevas demandas en su contra.
Las sospechas sobre Temer se basan en las revelaciones a la Justicia de varios ejecutivos del grupo JBS, que lo acusan de recibir sobornos desde 2010, entre otras graves irregularidades.
Temer, en el poder desde el año pasado tras la destitución de Dilma Rousseff, se convirtió en el primer mandatario en la historia del país en ser acusado por la Fiscalía, en pleno ejercicio del poder, por un delito penal.
Con información EFE
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