La policía brasileña inició este jueves una operación para detener a unos 200 agentes y traficantes sospechosos de integrar una red criminal, en la mayor acción contra la corrupción policial desarrollada en la historia de Río de Janeiro.
Cerca de 100 policías militares que estuvieron o están destinados al distrito de São Gonçalo, en la región metropolitana de Río, están acusados de recibir sobornos por un millón de reales (alrededor de 300.000 dólares) al mes de bandas criminales, según el portal G1.
La investigación demuestra que los policías militares llegaban a ofrecer distintos servicios a los traficantes, desde facilitar sus "negocios" hasta escoltar sus transportes y conseguirles armas.
Entre jueves y domingo, las patrullas recorrían São Gonçalo para recaudar el dinero de los traficantes, que suponía entre 1.500 y 2.500 reales (entre 500 y 800 dólares) para los policías que estaban de guardia y que podía alcanzar los 350.000 reales (unos 100.000 dólares) en conjunto a la semana.
La trama fue descubierta por la delegación de homicidios del distrito de Niteroi y São Gonçalo, tras la detención de un sospechoso de los pagos a los policías y la investigación se inició hace más de un año después de que un policía arrepentido fuera encontrado muerto.
En el operativo, bautizado como Operación Calabar, participan unos 900 agentes y delegados de la policía civil.
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