El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pidió este jueves a la izquierda que se prepare para volver al poder, tras la destitución de Dilma Rousseff y las condenas por corrupción que ametrallaron la cúpula de su Partido de los Trabajadores (PT).
Con la voz cascada, vistiendo una camisa roja, color que identifica a la fuerza que fundó en 1980, el ex dirigente sindical de 71 años se mostró histriónico y recorrió el escenario de punta a punta con tono de campaña y la vista puesta en las presidenciales de octubre del año próximo.
"El 2018 está lejos para el que no tiene esperanza, pero para nosotros 2018 ya comenzó. Es por eso que tienen miedo y nosotros tenemos la seguridad de que si la izquierda va a la disputa con un programa bien preparado vamos a volver a gobernar este país", dijo en la apertura del sexto congreso del PT en Brasilia.
Lula (2003-2010) enfrenta cinco juicios por corrupción y es la única apuesta visible de la izquierda. Su delicada situación judicial llevó al actual presidente del PT, Rui Falcao, a instar a la militancia a trabajar para "impedir que el presidente Lula sea inhabilitado. Es vital garantizarle su derecho a ser candidato".
La cita partidaria coincide con la crisis que golpea al presidente Michel Temer y estuvo marcada por un pedido de elecciones directas y pocas autocríticas, como habían anticipado algunos dirigentes que exigen cambios de fondo en la fuerza.
"Todos aquí están por el 'fuera Temer' y en contra de las elecciones indirectas", resumió la senadora Gleisi Hoffmann, favorita para presidir esta nueva etapa del partido.
Temer, ex vicepresidente de Rousseff, lucha por conservar su cargo luego de que un empresario que actuaba coordinadamente con la policía lo grabara durante una conversación acerca de la supuesta compra del silencio de un ex diputado preso y sobre sobornos a fiscales de la República.
La denuncia llevó a la Corte Suprema a autorizar una investigación en su contra. Si Temer se ve forzado a dejar el poder, el Congreso, también salpicado por graves acusaciones, elegirá al jefe de Estado que deberá gobernar hasta fines del 2018.
El PT resultó severamente dañado por las investigaciones de desvíos multimillonarios de la estatal Petrobras y fue barrido en las elecciones municipales de 2016.
Buscando recuperar el brillo pasado, el evento fue una exaltación de la figura de Lula.
Su nombre y su rostro aparecieron en todos los videos, fotos y discursos del congreso, bautizado Marisa Leticia Lula da Silva en memoria de la esposa del ex mandatario, que falleció en febrero.
La principal fuerza de izquierda latinoamericana, según la define el propio Lula, reivindicó algunas de sus figuras encarceladas o sentenciadas por el caso Petrobras, como el ex jefe de gabinete José Dirceu y el ex tesorero Joao Vaccari Neto.
Rousseff resumió el mantra actual del PT: "Mi candidato es Lula".
Un estudio publicado en abril por Datafolha mostró que el 30% del electorado votaría por él en una primera vuelta, el doble de su perseguidor más inmediato. Y que solo dos candidatos lo superarían, con poco margen en la segunda.
Pero el sondeo también reveló que es una de las figuras con mayor índice de rechazo, un indicador de la fuerte división que cruza a la sociedad de la primera economía latinoamericana.
(Con información de AFP)
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