El influyente Colegio de Abogados de Brasil pidió formalmente a la Cámara de Diputados que el presidente Michel Temer sea sometido a un proceso de destitución, sospechoso de haber incurrido en prácticas corruptas.
La solicitud se fundamenta en las graves sospechas que pesan contra Temer en la Corte Suprema, que lo investiga por los supuestos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, sobre la base de unos explosivos testimonios prestados por ejecutivos del grupo cárnico JBS.
La iniciativa promovida por el Colegio de Abogados se suma a otras 12 ya presentadas por diversos partidos de la oposición, las cuales deberán ser analizadas por el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, a quien la Constitución le atribuye la decisión de aceptar o rechazar solicitudes de esa naturaleza.
Maia, un estrecho aliado del presidente Temer, ha dicho que cada uno de los pedidos será analizado "con calma", pues una decisión de esa envergadura "no se puede tomar de la noche a la mañana".
El escándalo que acorrala a Temer estalló con la difusión del audio de una conversación que tuvo con un empresario en su residencia oficial, en la que escucha inmutable o hasta consciente de diversas maniobras ilegales que le son relatadas.
El empresario era Joesley Batista, uno de los dueños del gigante cárnico JBS, quien agravó la situación de Temer en unos testimonios prestados a la justicia en el marco de un acuerdo de cooperación en la investigación de asuntos de corrupción.
En esa declaración, Batista y otros directivos de JBS afirman, entre otras cosas, que pagan sobornos a Temer desde 2010 y que en los últimos años financiaron en forma ilegal a 1.829 políticos de prácticamente todos los partidos.
Esos testimonios han causado un terremoto político y generado una creciente presión por la renuncia de Temer, que nació en el arco opositor pero que en los últimos días ha ganado cuerpo también en algunos sectores del oficialismo.
La "renuncia inmediata" de Temer también fue exigida desde las calles de Brasilia por cerca de 50.000 personas que este miércoles participaron en una manifestación que concluyó con graves disturbios.
Desde el estallido del escándalo, hace ya ocho días, Temer solo ha sido visto en público en dos ocasiones, en las que dirigió sendos mensajes a la Nación para asegurar que no dimitirá y que probará su inocencia ante la Corte Suprema.
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