El presidente de Brasil, Michel Temer, pidió este sábado al Supremo Tribunal de Justicia (STJ) la suspensión de la investigación abierta en su contra por los supuestos delitos de corrupción y obstrucción a la justicia. "Seguiré al frente del gobierno", remarcó.
El presidente, en un mensaje a la nación, cuestionó la validez de las grabaciones realizadas por uno de los dueños de la empresa JBS y en la que, según la Fiscalía, Temer avala la compra del silencio de un poderoso diputado preso por corrupción.
"He leído en el diario Folha de São Paulo de que la pericia constató que hubo edición en el audio de mi conversación con el señor Joesley Batista. Esta grabación clandestina fue manipulada y adulterada con objetivos nítidamente subterráneos", dijo el presidente.
Esta grabación clandestina fue manipulada y adulterada
Luego agregó que Joesley Batista cometió "el crimen perfecto engañando a los brasileños y ahora vive en los Estados Unidos. Todas las inconsistencias en el audio comprometen la imparcialidad de todo el proceso que se desencadenó".
"(Batista) está libre y suelto, paseado por las calles de Nueva York. Brasil ya había salido de la crisis económica más grave y ahora vive días de incertidumbre. Él no pasó ningún día en la cárcel, no fue arrestado, juzgado y castigado. Gracias a esta grabación, él especuló contra la moneda nacional", señaló.
(Batista) está libre y suelto, paseado por las calles de Nueva York
Por último, sostuvo que la noticia "fue filtrada por gente vinculada al grupo del empresario, que antes de entregar la grabación compró 1 mil millones de dólares porque sabía que eso iba a provocar el caos en el cambio".
Desde que saltó el escándalo, el pasado miércoles, Temer ha insistido en defender su inocencia y se ha aferrado al cargo, en medio de la presión de la oposición y de algunos sectores de su base aliada para que renuncie.
Temer insistió en que el hecho de escuchar los actos ilícitos relatados por Batista en el encuentro que ambos mantuvieron en su residencia oficial no suponen un "delito" y recalcó que su único objetivo era "librarse del interlocutor".
"Yo continuaré al frente del Gobierno", concluyó el mensaje de Temer, que compareció brevemente en Planalto, sede del Ejecutivo en Brasilia, y no admitió preguntas.
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