Ya no sólo es difícil viajar desde o hacia Venezuela por los altos costos o la poca oferta de vuelos. Desde hace un tiempo los venezolanos afrontan un nuevo problema: escasean los pasaportes por falta de material. Con suerte, el trámite puede durar largos meses, mientras que en algunos casos ni siquiera llegan a ser gestionados.
Desde el pasado miércoles, la organización no gubernamental "Transparencia Venezuela" recibió un centenar de denuncias. "La escasez representa un grandísimo riesgo de corrupción. Si tienes a muchas personas en necesidad y la cantidad de pasaportes es menor, alguien se va a aprovechar", declaró a la agencia AFP Mercedes De Freitas, directora de la ONG.
"Hay casos dramáticos, desde el señor que dice que no puede visitar a su esposa e hijos afuera, hasta una señora a la que se le enfermó su padre y murió, y no pudo venir", agregó.
Juan Carlos Ugarte, director del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), reconoció el problema y lo atribuyó a la "corrupción" de algunos funcionarios.
"Es importante acabar con la corrupción sea cual sea el modo. La hemos atacado fuertemente", señaló el directivo, quien indicó que se realizaron detenciones contra 120 funcionarios y 24 particulares.
Sacando provecho de la situación, algunos empleados estatales llegan a cobrar hasta 1.5 millones de bolívares (2.177 dólares a la tasa oficial más alta) para "agilizar" la solicitud", cuando el costo oficial de un pasaporte es de apenas 2.124 bolívares (3 dólares).
"Nos han dado varias opciones, pero es un dineral", denunció Ana Corina Arcia, una chef de 50 años, que inició el trámite para su hija, pero se negó a pagar los 500 dólares que le exigieron.
José Pascarella y María García Saavedra también se vieron afectados por la escasez y la corrupción que sacuden a Venezuela. El primero tiene en suspenso una pasantía en Alemania. "Tengo más de un mes esperando el pasaporte, solo dicen que no hay material, que en marzo llega".
"Me aceptaron en una pasantía en Alemania en abril y no sé si podré ir. Tengo amigos que llevan cuatro meses esperando", comentó el estudiante de computación de 22 años.
Saavedra, por su parte, vive en México, pero no puede salir del país porque desde mayo de 2016 intenta renovar su pasaporte. La respuesta de la embajada venezolana siempre es la misma, según su relato: "No hay material".
La joven cineasta de 29 años no pudo presenciar el rodaje de su cortometraje en un festival en Francia. Los organizadores del Festival International du Court Métrage de Clermont-Ferrand le cubrían todos los gastos, incluidos pasajes. Así y todo, por no poder contar con su pasaporte, se perdió la oportunidad de asistir al evento el pasado 5 de febrero.
ALGUNOS FUNCIONARIOS LLEGARON A PEDIR USD 2.771 PARA ‘AGILIZAR’ EL TRÁMITE
"Pedí la cita en mayo y la asignaron para noviembre. Fui y dijeron que tardaría tres meses. No recibí más respuesta", relató.
Para colmo, un amigo que trabaja en el Saime le confirmó que en el sistema ni siquiera figura su trámite.
"Lo único que me ofrecen es un papel con el que solo puedo ir a Venezuela. Pero si voy, ¿cuándo podré salir? Yo trabajo aquí, la verdad es que estoy presa en México", se lamentó.
El éxodo de venezolanos aumenta a medida que se agrava la crisis socioeconómica, reflejada en una escasez crónica de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI proyecta en 1.660% para 2017.
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