El programa Día D de la TV peruana puso al aire un informe de 2009 en el que se detalla la confortable vida de Alejandro Toledo en Estados Unidos. La periodista Heidi Grossman viajó hasta Stanford para realizarles una entrevista a él y su mujer.
"¿Cómo lo llaman?", pregunta la reportera a un estudiante. El joven responde con tonada sajona: "El presidente".
El ex mandatario recorre, junto a las cámaras de TV, la universidad donde dictan clases él y su mujer. Además va a hacer las compras al supermercado para hacer de anfitrión. Contento, hace gala de su inglés y lanza bromas.
Toledo cuenta todo lo que extraña y muestra las fotos familiares. Hasta se anima a cocinar en cámara "un pescadito a la parrilla". El ex mandatario asegura en esta entrevista que se siente feliz en Stanford, allí no es conocido y puede hacer "una vida normal".
En la nota, Toledo está contento. Cocina, le compra flores a su mujer e, incluso, canta frente a las cámaras. Una felicidad que ha quedado muy lejos hoy, que se ha transformado en prófugo de la Justicia.
La Justicia peruana emitió una orden de captura internacional y prisión preventiva de 18 meses para Toledo por recibir supuestamente 20 millones de dólares de Odebrecht para favorecerla con la construcción de la carretera interoceánica que une Perú con Brasil.
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