Al menos 62 personas han muerto en condiciones violentas en Vitória, capital del estado brasileño de Espírito Santo, desde el sábado, cuando la policía militar inició una huelga en protesta por la falta de inversión en materia de seguridad, informaron este lunes fuentes sindicales.
"El gobierno (de Espírito Santo) viene tratando la seguridad con desdén, está precarizando los servicios, no invierte en seguridad y no da valor al personal", dijo a EFE el presidente del Sindicato de Policías Civiles estatal, Jorge Emiliano Legal.
En los últimos tres días, ha habido un aumento en los crímenes, principalmente de "homicidios, robos, y hurtos", que ha derivado, hasta el momento, en 62 muertes, "récord" histórico para Vitória en febrero, añadió Legal.
Según el dirigente sindical, la ciudad vive un "verdadero caos" en materia de seguridad y los habitantes están "nerviosos" ante los asaltos que se han producido desde que los agentes decidieron ir a la huelga.
Desde el sábado, familiares de los policías militarizados, que exigen una mayor inversión para garantizar el buen ejercicio de sus funciones así como un "reajuste salarial", se han manifestado y han impedido la salida de los agentes de sus cuarteles.
Los familiares de los policías militares encabezan la protesta porque los agentes tienen estatus de soldados y el Código Penal Militar brasileño castiga con una condena de hasta dos años de prisión su participación en huelgas o manifestaciones.
El Ministerio de Defensa ha autorizado el envío de las Fuerzas Armadas "para garantizar la ley y el orden" en la ciudad respondiendo a una petición del gobernador.
"Quiero resaltar la determinación inflexible de restaurar y recuperar la normalidad (por parte del Gobierno). Estoy seguro de que con el apoyo de las fuerzas locales, estaremos en las calles para garantizar la integridad de las personas y las propiedades", dijo el ministro de Defensa, Raul Jungmann, en rueda de prensa.
Jungmann informó, además, que 200 soldados ya patrullan las calles de Vitória y se espera que próximamente lleguen 1.000 agentes más entre miembros de la Fuerza Nacional, un cuerpo de élite de la Policía de carácter federal, y del Ejército brasileño.
Para el sindicato, esta decisión constituye un "paliativo" que "no va a resolver el problema de la inseguridad", ya que el combate al crimen sólo puede ser efectivo si se invierte en la "reestructuración del cuerpo y en recursos humanos".
"Va a ser un paliativo porque (el Ejército) tendrá que volver un día a los cuarteles y el crimen seguirá entonces libre para actuar", aseveró Legal.
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