Se dispara la inflación y crece el temor al hambre en México

Como efecto secundario del gasolinazo, sube el precio de los alimentos. Especialistas advirtieron a Infobae que crecerá la pobreza y se dificultará el acceso a la comida para el sector más vulnerable de la población

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Salvador Villafranca es un jubilado mexicano que camina feliz porque logró hacer su compra de frutas y verduras con los 50 pesos (unos 2,27 dólares) que tenía presupuestados. Ésta es una labor que generalmente realiza los fines de semana, pero tiene miedo que el domingo 15 –día de paga- las cosas estén más caras.

"Se viene un aumento de todo, muchas cosas ya están más caras: la tortilla, el huevo, la leche… desde que empezó el año ya no alcanza", dice este jubilado que al mes tiene un pensión equivalente a 109 dólares, 15 menos de lo que necesita para cubrir la canasta alimentaria básica mensual.

Sabe que sus ingresos no son suficientes para completar su alimentación, pero también está consciente de que en unos pocos días tendrá que comer menos o reducir el gasto en otras cosas porque con el llamado Gasolinazo los expertos estiman que los precios de los alimentos registren un incremento de entre 20 y 40%, lo que pone a los 24 millones de mexicanos que subsisten con entre uno y dos salarios mínimos a un paso del umbral del hambre, coinciden expertos consultados por Infobae.

A otros 26 millones de mexicanos se les considera en situación de "vulnerabilidad", es decir, que están en riesgo de caer en pobreza extrema.

A partir del 1° de enero las gasolinas en México registraron un aumento de entre 15 y 20% que será el primero de muchos que se registrarán en el año como parte de una estrategia gubernamental para quitar el subsidio y liberalizar el precio del combustible.

"Todo va a subir porque simplemente todos los productos necesitan ser transportados, algunos cámaras de frío, y como hasta ahora los comerciantes habían estado absorbiendo el costo el aumento del dólar, con el gasolinazo ya no van a poder contener los precios y las personas más pobres son las que van a quedar desamparados: estos 24 millones de personas que ganan entre uno y dos salarios mínimos corren un gran riesgo de pasar a una situación ya no de pobreza sino de hambre", señala María del Rosario Castro, responsable del Observatorio de Precios de El Barzón.

El hambre y la obesidad

En un país donde cuatro de cada 10 hogares tiene problemas de acceso a los alimentos, la cifra oficial de 432 muertos por hambre al año, parece conservadora.

"En la medida que no haya la disponibilidad de bienes alimenticios para personas de escasos recursos, el indicador se irá incrementando. Si no se garantiza el acceso de estas personas a la canasta básica, el problema se agravaría", afirmó Jorge Mejía Rodríguez, economista de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

En México, la canasta básica incluye 18 grupos de alimentos que se consideran primordiales para la adecuada nutrición de una persona.

Garantizar la seguridad alimentaria de los mexicanos más pobres, consideran los expertos, es fundamental ya que hasta 60% de sus ingresos mensuales lo destinan a comida y un incremento tan significativo en los precios aumentaría la situación de hambre y pobreza de millones de personas.

"De cada dos mexicanos, uno tiene algún nivel de pobreza estamos hablando de más de 50 millones de individuos que tiene problemas en la generación de riqueza y el nivel de satisfacciones, a eso hay que ponerle mucha atención", alertó Miguel Cervantes Jiménez, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Alertó que esta parte de la población no sólo está en riesgo de disminuir los alimentos que consume sino también la calidad y en lugar de comprar algo sano, su gasto se irá en cosas que sólo llenan pero no nutren.

"A nivel nacional estamos gastando el 3% -de los ingresos- en proteína de origen vegetal, en vitaminas se gasta un 15%, en proteína animal el 47%, pero donde veo riesgo es que 35% del gasto es en calorías, carbohidratos y grasas, una tercera parte se destinan a este tipo de contenidos y esto tiene impacto en los niveles de obesidad y otros problemas de enfermedades", expresó.

Lo anterior pone a los mexicanos de bajo ingreso ante dos situaciones de riesgo: el hambre y la obesidad.

¿Hay o no aumentos de precios?

El gobierno federal informó el martes la puesta en marcha de un operativo para evitar una subida masiva de precios, sin embargo, un monitoreo realizado por El Barzón –una organización mexicana que integra a productores del campo- detectó que en los mercados de las principales capitales sí se registró un incremento en básicos como el huevo, la tortilla y el pan.

En estados como Sinaloa, el kilo de tortilla –el alimento básico de los mexicanos- pasó de los 12 a los 18 pesos (de 54 a 81 centavos de dólar). En Michoacán (Centro) el pan aumentó 20 por ciento. El huevo de las principales marcas en la capital del país paso de los 37 hasta 52 pesos la caja de 18 piezas (de 1.6 a 2.3 dólares).

Sus previsiones contemplan que el kilo de bistec de res pase de los 146 a 204 pesos (de 6.6 a 9.2 dólares, precio similar al que tiene Estados Unidos); el kilo de carne de cerdo de 169 a 237 pesos (de 7.6 a 10.7 dólares). Para comprar un kilo de cualquiera de estos dos alimentos, un mexicano que gana salario mínimo tendría que trabajar tres días.

Y es que los primeros días del año no sólo aumentó la gasolina. También hubo alzas en la electricidad y el gas. Para febrero, de acuerdo con el calendario establecido para la liberación del precio de la gasolina, se espera otro aumento al combustible.

"En febrero y marzo va a haber precios todavía mas altos y no se está haciendo nada para ayudar a la gente de bajos de recursos. Muchos no van a poder enfrentar esta crisis", sentenció la representante del Observatorio de Precios.

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