Pese a que las Naciones Unidas declararon hace ya cinco años que el acceso a internet es un derecho humano, el régimen cubano mantiene un férreo control sobre la red digital, con precios prohibitivos para la población, un escaso acceso en hogares y una fuerte censura gubernamental, que obliga a los cubanos a buscar alternativas.
Según explica Cubanet, las páginas de noticias opositoras al castrismo se ven afectadas por la censura, por lo que detalla los recursos usados por la población para poder acceder al contenido. El más efectivo sería el VPN (virtual private network), que salta los filtros que restringen el tráfico digital.
El servicio permite a los usuarios "enmascarar" su dirección IP para lograr una conexión segura. Sin embargo, muchas de estas posibilidades están restringidas para los isleños por su precio, que ronda los USD 5 mensuales, lo que un trabajador ganaría en casi una semana laboral. También hay otras alternativas gratuitas de VPN, aunque está el riesgo de instalar software riesgoso.
A su vez, en la Universidad de la Habana se limita el acceso a una gran cantidad de contenidos web como Facebook y Twitter en un horario comprendido entre las 10:00 y las 18:00 para evitar su uso durante horas de clase. Para eludir dichos inconvenientes en estas sedes de acceso público, los usuarios recurren a proxys web, servidores que hacen de intermediarios para evitar el bloqueo de la conexión.
La barrera económica también es enfrentada por los cubanos en el acceso a la web, que se logra mediante tarjetas ETECSA (la empresa monopólica de telecomunicaciones) en puntos de ingreso en plazas y otros centros públicos. Además de su precio prohibitivo (entre USD 2 y USD 3 por hora, un 10 por ciento del salario básico), los usuarios deben conectarse ingresando los datos de su cuenta, por lo que todo movimiento queda registrado en los servidores.
Una vez conectados, los usuarios deben buscar alternativas a las aplicaciones más comunes. Skype, por ejemplo, buscado por muchos cubanos para conversar con sus familiares en el exterior, está bloqueado en la isla.
La alternativa es IMO, un servicio de llamadas por servicio digital. Por ello, no es raro ver imágenes de gente llorando emotivamente en las plazas, al lograr escuchar la voz de un ser querido al que no han visto en décadas.
Sin embargo, otros expertos advierten que es una aplicación vulnerable, al no estar encriptada, y los mensajes y llamadas podrían ser interceptados. En tanto, la disidencia cubana ha advertido que cree que los controles del régimen y la represión aumentarán tras la muerte del dictador Fidel Castro.
En 2014 la Oficina Nacional de Estadística de Cuba informó que el 27 por ciento de las personas tenía acceso a internet, pero la cifra es engañosa, ya que consideraba a los cubanos conectados a la red interna del país y no a la web abierta.
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