Cómo se volvió comunista Fidel Castro

“Ya lo he dicho muy claramente: no somos comunistas. Que quede bien claro”. Así decía Fidel Castro en su primera visita oficial a Estados Unidos, en abril de 1959. ¿Cuáles fueron las razones de la sovietización de la Revolución Cubana?

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Fidel Castro junto al líder soviético Nikita Khrushchev. Moscú, mayo de 1963 (AFP)
Fidel Castro junto al líder soviético Nikita Khrushchev. Moscú, mayo de 1963 (AFP)

La Revolución Cubana se consumó en 1959 con un programa de reformas alejado del marxismo-leninismo que proclamó años más tarde.

La influencia de la URSS

"Sé que están preocupados por si somos comunistas. Pero ya lo he dicho muy claramente: no somos comunistas. Que quede bien claro", dijo Fidel Castro en su primera visita oficial a Estados Unidos, en abril de 1959.

La revolución había triunfado tres meses antes y el nuevo gobierno buscaba el apoyo de su poderoso vecino. En todos los discursos que pronunció durante los días que duró el viaje, insistió en que su proyecto era democrático, que defendería los derechos humanos y la libertad de prensa, a la que definió como "el primer enemigo de la dictadura".

En junio del mismo año, el director de la CIA, Allen W. Dulles, brindó al Senado de Estados unidos un detallado informe sobre el líder cubano.

"No creemos que Castro tenga ninguna inclinación comunista. Tampoco creemos que esté siendo apoyado ni que trabaje para los comunistas", aseguró.

Sin embargo, el 22 de diciembre de 1961, declaró exactamente lo contrario en un discurso que sería muy recordado.

"¡Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, eso es socialismo! Y esa esperanza, esa gran esperanza de mañana, ¡eso es socialismo!, y por eso ¡somos socialistas!, y por eso, ¡seremos siempre socialistas!, ¡por eso somos marxista-leninistas!, ¡y por eso seremos siempre marxista-leninistas!", exclamó ante una multitud reunida en la Plaza de la Revolución, en La Habana.

Cuatro años después fundó el Partido Comunista de Cuba, que se convirtió en el único aceptado en la isla. Para entonces, las libertades de expresión, de prensa y de protesta ya habían desaparecido. ¿Qué cambió entre 1959 y 1961?

El programa de Fidel Castro

"No hay ningún elemento que permita pensar que en Sierra Maestra (donde se escondieron los insurgentes al inicio de la revolución) el proyecto tenía un contenido socialista. Ni por la formación de Fidel Castro ni por lo que fuera. El único que podía haber tenido algo era el Che Guevara", cuenta Marcello Carmagnani, catedrático de Historia de América Latina en la Universidad de Turín, en diálogo con Infobae.

"El mismo Partido Comunista le negó el apoyo. Esa es la mejor prueba", agrega.

El Movimiento 26 de Julio, con el que Castro lideró el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, nació en 1953, con el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Ese intento fracasó y los líderes guerrilleros fueron detenidos, pero seis años después concretarían el triunfo bajo principios muy similares.

"Cuando intentó tomar el Moncada expuso su programa -dice Carmagnani. Pretendía una democratización profunda del país, pero sin romper los lazos con Estados Unidos. Sólo planteaba una mayor diversificación de sus relaciones económicas. Tampoco hacía mención a cerrar el Congreso, sino a reorganizarlo. Era un programa nítidamente liberal democrático".

De eso intentó convencer a políticos y empresarios estadounidenses durante su viaje a Nueva York, en el que fue bien recibido.

Fidel Castro en Washington, 1959
Fidel Castro en Washington, 1959

La sovietización de la Revolución Cubana

A pesar de las buenas intenciones que había exhibido en su viaje a Estados Unidos, el 17 de mayo de 1959 decretó una agresiva Ley de Reforma Agraria, que confiscó las propiedades de más de 420 hectáreas de extensión. Esa medida, tomada sin ningún tipo de negociación con los propietarios, provocó los primeros roces con Washington, ya que muchos de los afectados eran estadounidenses.

Al percibir el potencial foco de conflicto que se abría, los emisarios de la Unión Soviética (URSS) empezaron a operar inmediatamente. En febrero de 1960 se produjo la primera visita oficial a la isla, encabezada por Anastás Mikoyán, viceprimer ministro.

Buscando seducir al nuevo gobierno, que estaba muy necesitado de ingresos, le concedió un crédito de cien millones de dólares y firmó tratados para comprarle azúcar y venderle petróleo.

Continuando con sus políticas confiscatorias, el 29 de junio Castro avanzó sobre las refinerías de Texas Oil Company, Shell y Esso. En represalia por los derechos afectados sin compensación, el gobierno de Dwight Eisenhower decretó una importante rebaja de las compras de azúcar.

La reacción del gobierno revolucionario fue confiscar prácticamente todas las empresas estadounidenses, entre ellas, refinerías de petróleo, centrales azucareras, compañías de teléfonos y de electricidad.

"Cuando expropió las empresas azucareras que eran norteamericanas terminó de crear el enfrentamiento con Estados Unidos, que respondió imponiendo un bloqueo, con la idea de que el proceso podía revertirse. Pero ahí se introdujo la cuña soviética", cuenta Carmagnani.

La guerra terminó de desatarse el 16 de diciembre, cuando Eisenhower redujo a cero la cuota azucarera y estableció un bloqueo total. El 3 de enero de 1961 Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas con Cuba.

Entonces sí, la isla quedó al servicio de la URSS, que empezó a mandar sus barcos y se comprometió a comprar la totalidad de la azúcar que había dejado de importar su gran enemigo.

Fidel Castro junto a Nikita Khrushchev, septiembde de 1960 (AP)
Fidel Castro junto a Nikita Khrushchev, septiembde de 1960 (AP)

La crisis entre Estados Unidos y Cuba se agravó aún más con la invasión de Bahía Cochinos, llevada a cabo por cubanos exiliados, con apoyo de Washington. Tres días más tarde la ofensiva fue repelida por las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Pero sirvió como preludio del momento de mayor tensión en toda la historia de la Guerra Fría: la crisis de los misiles.

A fines de 1961, Castro le pidió protección a Nikita Kruschev, presidente de la URSS, que encontró una oportunidad única para instalar una base militar a menos de 200 kilómetros de Estados Unidos. Como señal de su compromiso absoluto, el presidente cubano se declaró marxista-leninista y adaptó su gobierno según el modelo soviético.

"Entonces comenzó un proceso de sovietización de las universidades, de los programas escolares y de la policía secreta. Eso fue determinante para la Revolución Cubana", explica el historiador.

A partir de 1962, muy discretamente, Moscú empezó a trasladar a La Habana un imponente arsenal. Se calcula que llegó a instalar 24 plataformas de lanzamiento, 42 cohetes R-12, 45 ojivas nucleares, 42 bombarderos Ilyushin Il-28 y 40 aeronaves MiG-21.

Tras meses de despliegue, el plan fue descubierto por la inteligencia estadounidense. En respuesta, el 22 de octubre de 1962, el presidente John F. Kennedy anunció el establecimiento de un cerco naval y aéreo sobre Cuba.

Así se desató la crisis que mantuvo en vilo al mundo durante seis días. Nunca antes, ni después, fue sido tan grande la amenaza de una guerra nuclear. Pero las negociaciones, de las que Castro fue totalmente excluido, terminaron prevaleciendo.

El 28 de octubre se firmó un acuerdo por el cual la Unión Soviética retiraba todo su armamento nuclear y no convencional de Cuba, a cambio de que Estados Unidos se comprometiera a no favorecer ningún intento de invasión a La Habana y a retirar los misiles que tenía en Turquía.

La crisis de los misiles mostró la completa sumisión de Cuba a la URSS. "Kruschev fue muy inteligente, y pudo hacer en Cuba lo que ya había intentado en otros lugares sin éxito. Eso hipotecó a la Revolución Cubana", concluye Carmagnani.

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