Aunque todavía no ha habido un gran avance al respecto, siguen los rumores de una posible detención del ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva. Consultado sobre esa posibilidad, el actual jefe de Estado, Michel Temer, aseguró que si el líder del Partido de los Trabajadores (PT), acusado de corrupción, es detenido, eso representaría un gran "problema" e "inestabilidad" en el país.
"Si Lula fuese preso, ¿eso causaría un problema para el Gobierno? Creo que lo causaría, no para el Gobierno, [sino] para el país", manifestó Temer en una entrevista difundida el lunes por TV Cultura.
El presidente brasileño consideró que si el ex mandatario es encarcelado, "habrá movimientos sociales".
"Los movimientos sociales de contestación, especialmente a una decisión judicial, pueden crear inestabilidad", opinó el líder del PMDB, bloque que rompió su alianza con el PT en medio del proceso de juicio político contra la ex presidente Dilma Rousseff, destituida luego de ser acusada de manipular cuentas públicas.
Por más que el nuevo gobierno conservador "haga y explique que está haciendo cosas para preservar la integridad del país, de la economía, de las relaciones sociales, surge una noticia así y eso crea inestabilidad", enfatizó Temer.
Lula enfrenta tres juicios en el marco de la operación Lava Jato, que puso al descubierto una red de empresarios y partidos políticos para manipular licitaciones de Petrobras, sobrefacturar obras y distribuir el excedente para financiar campañas y enriquecerse ilegalmente.
El escándalo implicó a importantes políticos del PT –miembros del gobierno de Lula y de Rousseff–, pero también a destacados integrantes del partido de Temer, como el ex presidente de la Cámara de Diputados e impulsor del impeachment, el ahora detenido Eduardo Cunha.
Lula fue acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero por el juez Sergio Moro, que abrió formalmente un juicio contra él el 20 de septiembre. También tiene una causa abierta en Brasilia por presunta tentativa de obstrucción a las investigaciones.
Y la Corte Suprema recientemente lo incluyó en su investigación sobre Petrobras como presunto integrante de un "grupo criminal" que orquestó el masivo desvío de fondos desde la petrolera estatal.
El ex presidente niega tajantemente las acusaciones y las atribuye a una persecución política para bloquear su candidatura a las elecciones de 2018.
La investigación sobre Petrobras se cierne igualmente sobre el actual mandatario, por sospechas de que el dinero de grandes constructoras fluyó a la campaña de los comicios de 2014 en los que resultó ganadora la fórmula Rousseff-Temer.
En la entrevista del lunes, Temer aseguró que los cheques que serían prueba de ello eran en realidad contribuciones legales hechas por las empresas al PMDB, que luego los distribuyó a líderes en campaña.
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Si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) pusiera en duda esa versión, podría ordenar la anulación de la elección. Pero el actual jefe de Estado dijo no temer esa eventualidad y prometió agotar todos los recursos posibles para combatirla.
"No me preocupa" un eventual fallo negativo del TSE, declaró.
"Si el TSE dijera: 'Temer, usted tiene que irse', supongámoslo, se podrán interponer recursos y más recursos, no sólo ante el TSE, sino también ante el Supremo Tribunal Federal (STF)", subrayó.
Con información de AFP