El ex presidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006) está preocupado por la crisis en Venezuela y advirtió que los líderes de la región que no condenen "la violación de derechos" en ese país corren el riesgo de ser juzgados por la historia como "cómplices de los gobiernos dictatoriales".
En el estudio de Infobae, Toledo afirmó que "hay lunares en América Latina sobre la democracia y la institucionalidad, el respeto a los derechos humanos, a la libertad de expresión". Por ello, indicó que en Venezuela, "a Dios gracias, la fruta está madura para caer el inmaduro". Si bien subrayó su respeto por la soberanía, resaltó que la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión "no tienen nacionalidad".
En ese sentido, instó a los líderes de la región a pronunciarse para condenar el quiebre del orden constitucional del régimen chavista, ya que aquellos que "no se pronuncian sobre la violación de los derechos
más elementales de una democracia corren el riesgo de que la Historia los juzgue como cómplices de los gobiernos dictatoriales".
Toledo, quien recorre el continente para presentar su último libro, La Sociedad Compartida, aseguró que América Latina "tiene enormes probabilidades de convertirse en el continente prometedor" con miras al año 2050. "Hemos aprendido en los últimos 60 años a poner su casa económicamente en orden. Hemos dejado la sustitución de importaciones y ya no somos el continente creador de crisis financieras", repasó.
Además, consideró que la región "tiene todo para construir un continente unificado", al no tener barreras de idioma, culturales, ni guerras religiosas. "No tenemos que demorar para unirnos. Sin embargo, estas grandes posibilidades solo pueden concretarse si somos capaces de enfrentar varios retos", manifestó.
Toledo también indicó que el crecimiento económico debe ser "un medio, no un fin", y señaló la necesidad de un nuevo perfil de líderes políticos: "Nunca como hoy en América Latina y el mundo requiere más liderazgo y menos políticos. Más coraje de tomar decisiones no pensando en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones".
Sin embargo, rechazó el resurgimiento de populismos. "A los líderes populistas les gusta el poder insultando la dignidad de los pobres, regalando pescado en lugar de darles el derecho a enseñarles a pescar", enfatizó.
Por contraparte, el ex mandatario dijo tener "gran expectativa" por Argentina tras el triunfo de Mauricio Macri, con quien se reunió este viernes en el marco de la presentación de su libro. "Nunca como hoy el caso de América Latina requiere una gran capacidad de gestión pública pero con visión de futuro. No solo pensando en las próximas elecciones, pero pensando en las próximas generaciones", redondeó.
Con respecto al giro hacia la centroderecha política que vive la región, el ex mandatario diferenció el proceso con la liberalización aplicada en los '90. "Existen sobre la mesa exigencias muy concretas. O se entrega resultados tangibles en donde se pueda incluir a los pobres y mujeres que merecen igual saldo por igual trabajo, o a los jóvenes por trabajo digno, o no. Llame a eso derecha o izquierda, no sé, pero es necesario tener políticos sociales y medioambientales deliberadas", reafirmó.
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