El ex presidente Ricardo Lagos pateó el tablero de la política chilena al forzar la salida de uno de los ministros con mejor desempeño del gabinete de Michelle Bachelet para integrarlo a su equipo, adelantando la carrera para las elecciones de 2017, según analistas.
Después de años de ostracismo, Lagos (2000-2006) irrumpió en la escena política chilena hace semanas para plantear un duro análisis sobre la crisis de confianza que vive el país: "Esta es la peor crisis política e institucional que ha tenido Chile", afirmó el ex mandatario a fines de julio.
Ahora, acaba de forzar a la presidente Bachelet a concretar un esperado cambio de gabinete con la salida del ministro de Energía, Máximo Pacheco, aplaudido por liderar una exitosa licitación de suministro eléctrico que hará caer drásticamente el valor de la energía eléctrica en Chile.
Una arriesgada jugada en la antesala de las elecciones municipales de este domingo, cuyos resultados son cruciales tanto para el oficialismo como la oposición para definir sus opciones presidenciales.
"Es un juego que permite un poco cambiar la agenda política, anticipando el resultado de la elección del domingo, que pasa ahora a un absoluto segundo plano", dice el analista de la Universidad de Santiago Raúl Elgueta.
"La carrera presidencial ya está desatada", agrega el politólogo, más de un año antes de los comicios previstos para noviembre de 2017.
Una candidatura que no prende
Pacheco se integró de inmediato al equipo de trabajo de Lagos, en momentos en que su nombre genera fuertes resistencias al interior de la coalición oficialista y marca poco en las encuestas (5%).
Socialista pero con una gestión marcada por su buena relación con los empresarios, Lagos es visto a sus 79 años como una "figura del pasado", incapaz de liderar la renovación que los chilenos exigen después de varios escándalos de corrupción política y empresarial destapados.
Esta profunda crisis de confianza también tocó a la presidente Bachelet cuando su hijo fue involucrado en un millonario negocio inmobiliario.
"Lagos no ha podido levantar y creo que la salida de Pacheco (del gabinete) no va a tener el efecto esperado. El problema de Lagos es con la gente, no con el empresariado. Pacheco es un hombre con redes en el empresariado. La gente apenas lo conoce", explica a la AFP Patricio Navia, politólogo de la Universidad Diego Portales.
"Su llegada al comando subraya la cercanía de Lagos con los empresarios. Esa es la principal razón que hace que la gente dude de Lagos. No es una buena movida", agrega el analista.
La senadora socialista Isabel Allende –hija del derrocado mandatario Salvador Allende (1970-1973)– y el senador independiente Alejandro Guillier se asoman también en la coalición oficialista para disputar con Lagos la designación presidencial en unas eventuales elecciones primarias.
Del otro lado, en la Alianza opositora, el camino parece más despejado para el ex presidente Sebastián Piñera (2010-2014).
Al igual que Lagos, Piñera ha viajado por el país estas últimas semanas acompañando a los candidatos a alcaldes y concejales aunque dijo que esperará a marzo próximo para confirmar si va o no a la reelección.
Las encuestas de opinión favorecen al derechista que en 2010 lideró el exitoso rescate de los 33 mineros de Atacama. El último sondeo del Centro de Estudios Públicos mostró que Piñera lidera las preferencias con un 14% frente al 5% de Lagos.