El papa Francisco nombró este domingo a tres cardenales latinoamericanos, entre los 17 nuevos prelados que designó, en lo que considera como "una muestra de la universalidad de la Iglesia".
Baltazar Porras Cardozo, de 71 años, arzobispo de Mérida (Venezuela); Sérgio da Rocha, de 56, arzobispo de Brasilia (Brasil), y Carlos Aguiar Retes, de 66, arzobispo de Tlalnepantla (México), serán confirmados en una ceremonia el 19 de noviembre. Al tener menos de 80 años, se integran a la alta jerarquía de la Iglesia como posibles electores en un cónclave para elegir al próximo Papa. Además, también podrían ser elegidos como sucesor de Francisco.
Baltazar Porras, ordenado sacerdote el 30 de julio de 1967, fue presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana entre 1999 y 2006, así como vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) entre 2007 y 2011. Ha manifestado varias veces su preocupación por la crisis económica y social que atraviesa el país y ha reiterado su disposición para apoyar al diálogo entre el gobierno y la oposición.
En ese sentido, hace unos meses aseguró que el "lenguaje permanente de violencia y de rechazo" por parte del chavismo no contribuye para la paz. "El gobierno se ha hecho el sordo y el mudo", afirmó en referencia a la carta que envió el papa Francisco para buscar un acercamiento entre los sectores políticos. También, en entrevista con Notimex, indicó que la situación "empeora cada día más".
Porras ha sido crítico de varias medidas autoritarias de Hugo Chávez. "Es un llamado al abuso de poder", comentó en 2007 cuando el caudillo chavista impulsó reformas sobre los estados de excepción.
Además, criticó el "Chávez Nuestro", una especie de oración creada en 2014 por seguidores chavistas en base al "Padre Nuestro" para recordar al fallecido mandatario: "Esto es una burla y no es nada nuevo; uno de los comportamientos a lo largo de todos estos quince años es querer no solo apropiarse del lenguaje religioso, sino convertirlo en un arma para atornillar los principios y valores de la revolución quiere imponer como una especie de religión laica"
Aguiar Retes, oriundo de Tepic (capital del estado de Nayarit) ha sido presidente de la Conferencia Episcopal mexicana desde 2006 hasta el 2012, así como presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), entre 2011 y 2015.
Retes estudió en sus inicios en el Seminario de Tepic, antes de proseguir en el estadounidense Seminario de Montezuma y en el mexicano de Tula. Posteriormente, logró la licenciatura en Sagradas Escrituras en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y el doctorado en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana de la misma ciudad.
Fue ordenado sacerdote el 22 de abril de 1973 y ha ejercido como vicario parroquial, rector del Seminario de Tepic y también presidente de la Organización de Seminarios Mexicanos (OSMEX) y miembro del Consejo Directivo de Seminarios Latinoamericanos.
Fue rector y profesor de Sagradas Escrituras de la Residencia Juan XXIII para sacerdotes de la Pontificia Universidad de México.
El 28 de mayo de 1997, fue nombrado obispo de Texcoco y el 5 de febrero de 2009 el papa Benedicto XVI le encargó dirigir la arquidiócesis de Tlalnepantla. Diversos medios mexicanos aseguran que Aguiar lleva una estrecha relación de varios años con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
Da Rocha fue nombrado arzobispo de Brasilia el 15 de junio de 2011 por el papa Benedicto XVI y desde abril de 2015 preside la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB).
Fue ordenado sacerdote el 14 de diciembre de 1984 en Matão. En sus inicios estudió Filosofía en el Seminario de San Carlos, Teología en el Instituto Teológico de Campinas y se licenció en Teología Moral en la Facultad Teológica "Nossa Senhora da Assunção", en San Pablo.
El 13 de junio de 2001 fue elegido como obispo titular de Alba y auxiliar de Fortaleza y el 11 de agosto siguiente recibió la consagración episcopal. El 31 de enero de 2007 fue nombrado obispo coadjutor de Teresina y se convirtió en arzobispo el 3 de septiembre de 2008.
Da Rocha, como presidente de la CNBB, se mostró crítico del proceso de impeachment a Dilma Rousseff, asegurando que el proceso "no puede atender a intereses personales, partidarios y corporativistas", y debe respetar "el orden jurídico del estado democrático de derecho". Sin embargo, afirmó que la CNBB no debe manifestar una posición política partidaria.
En el seno de la Conferencia Episcopal brasileña ha ejercido como miembro de la Comisión "Mutirão de Superação da Miséria e da Fome", encargado de los temas Juventud y Pastoral vocacional y miembro del Consejo Permanente y de la Comisión de Doctrina.