El presidente de Cuba, Raúl Castro, se dirigió al líder ruso, Vladimir Putin, para pedir un suministro estable de petróleo y sus derivados a la isla ante la grave crisis económica que atraviesa Venezuela, tradicional socio de La Habana.
Cuba ha tenido que restringir el uso de sus fuentes energéticas al encontrarse con dificultades para recibir hidrocarburos del régimen chavista, que atraviesa serios problemas de producción tanto por su situación económica como por los bajos precios del crudo, que han restado rentabilidad a los yacimientos petrolíferos del país.
Según reveló a la Agencia de Información del Petróleo una fuente que conoce el contenido de la carta de Castro a Putin, La Habana se ha visto obligada a buscar nuevas fuentes de suministro en los mercados internacionales y ha optado por dirigirse a Moscú para pedirle condiciones favorables en precios y financiación.
La carta no precisa los volúmenes de petróleo que necesita la isla ni las condiciones de las que querría gozar, pero garantiza que el régimen cubano cumplirá estrictamente con sus obligaciones de pago si se cierra un contrato.
Sin embargo, el Ministerio de Economía ruso, en un comunicado a la cartera de Energía, advierte de que "la capacidad de pago de Cuba es un riesgo importante" y propone implicar en la organización de los suministros a "las compañías petroleras rusas que tienen proyectos de inversión en ese país", como es el caso de la estatal Rosneft. En julio, Cuba y Rusia firmaron un acuerdo para restablecer la cooperación nuclear.
La isla, que por mucho tiempo ha dependido de Venezuela como su principal proveedor energético, ha recibido este año unos 53.500 barriles por día de crudo de PDVSA, un descenso del 40% respecto del primer semestre de 2015, según datos de la compañía divulgados por Reuters.
Hasta ahora, los suministros de petróleo a Cuba son escasos y no tienen un carácter estable: en el primer semestre de 2016, Rusia exportó a la isla apenas 1.400 toneladas de crudo, valoradas en USD 250.000.
Con información de EFE